miércoles, 25 de noviembre de 2015

ALEXANDRE DUMAS (Alejandro Dumas padre)

ALEXANDRE DUMAS (Alejandro Dumas padre)

DUMAS PADRE


(Villers-Cotterêts, Francia, 1802 - Puys, id., 1870) Novelista francés. Hijo de un general del ejército francés que dejó a su familia prácticamente en la ruina al morir, en 1806, Alexandre Dumas tuvo que abandonar pronto sus estudios. Llegó a París en 1823, tras una primera experiencia como pasante de abogado, lleno de ambiciones literarias. Gracias a su puesto de escribiente para el duque de Orléans, que obtuvo por recomendación del general Foy, consiguió completar su formación de manera autodidacta.
Desde 1825, editó poemas y relatos largos, y representó vodeviles en teatros de variedades, pero el verdadero inicio de su carrera como dramaturgo se produjo en 1829, con Enrique III y su corte, primera manifestación de la nueva generación literaria romántica, anticipándose un año al Hernani, de Victor Hugo. Antony, en 1831, marcó los principios de una etapa de creación infatigable de dramas, tragedias y melodramas, casi todos de exaltación de la historia nacional de Francia.
Gran admirador de Walter Scott, a partir de 1832 escribió también novelas históricas, aprovechando el auge del género propiciado por su publicación por entregas en los periódicos. A pesar del poco éxito de sus primeras novelas, la aparición de Los tres mosqueteros, en 1844, significó su salto a la fama. Las sumas ingentes de dinero que se le ofrecían, dada la creciente demanda de sus novelas por parte del público, motivaron una verdadera explosión en la producción de Dumas. Trabajando incontables horas al día, y con la ayuda de varios colaboradores, entre los que destacó el historiador Auguste Maquet, con quien trabajó de 1839 a 1851, llegó a producir ochenta novelas, de desigual calidad. La mayoría de ellas pertenecen al género histórico o al de aventuras, en el que destaca sin duda El conde de Montecristo.
La escasa profundidad psicológica de los personajes se ve ampliamente compensada por una exuberante inventiva a la hora de crear las intrigas, y por el perfecto dominio de los diálogos, siempre ágiles y vivaces. Sin duda, éste fue el motivo de que sus obras fueran frecuentemente trasladadas al teatro. Con este fin fundó en 1847 el Théâtre Historique, en París, empresa que cuatro años más tarde quebró a causa de las deudas contraídas, a pesar del éxito obtenido.
La vitalidad enorme de Dumas le llevó a probar todos los géneros de la literatura y, si bien es cierto que sus ensayos históricos no tuvieron mucha relevancia, la serie de sus Impresiones de viaje (1835-1859), en cambio, lo convirtió en el primer maestro del gran reportaje. Realizó una breve incursión en el universo político; fue nombrado capitán de la Guardia Nacional parisina, pero se enemistó con Luis Felipe, y, tras un estrepitoso escándalo en las Tullerías, rechazó el nuevo régimen y volvió a la literatura. Tras dos fracasos electorales sucesivos, en marzo y junio de 1848, en 1851, huyendo más de sus acreedores que de Luis Napoleón, se exilió en Bélgica, donde redactó sus apasionantes y pintorescas memorias, y compuso nuevas novelas de aventuras.
Regresó a Francia en 1853 y fundó la revista satírica El mosquetero, que se transformó, en 1857, en El Monte-Cristo. Ante la continua censura de Napoleón III, abandonó de nuevo Francia y se sumó a la expedición de Garibaldi en Sicilia, en 1860. Se encargó de comprar armas para el revolucionario italiano y se instaló, durante cuatro años, en Nápoles, donde Garibaldi lo nombró conservador del museo de la ciudad. Enemistado con el cardenal Francesco Zamparini, fue expulsado por los napolitanos, e impulsó en París nuevos intentos periodísticos, que abortaron al poco tiempo.

Arruinado, vivió los últimos años de su vida a costa de su hijo Alexandre Dumas, también escritor, y de su hija, Madame Petel. Pretendía haber escrito más de mil doscientas obras, y, aunque sin duda exageraba la cifra, dejó unos trescientos libros y numerosísimos artículos, que hicieron de él uno de los autores románticos más prolíficos y populares de Francia.

viernes, 30 de octubre de 2015

BASILIO CITTADINI

BASILIO CITTADINI



Basilio Cittadini (Brescia, Lombardía, Italia, 1846 - Buenos Aires, 1921) fue un importante periodista italiano, que se desempeñó tanto en Italia y Argentina, comoperiodista, redactor, editor y director de varios periódicos de envergadura. Actuó como secretario del Banco de Italia y Río de la Plata, y fue profesor de Literatura Clásica en el Colegio Nacional Buenos Aires. Fue presidente de la Asociación Dante Alighieri de Buenos Aires durante 11 años. El gobierno italiano lo condecoró con el título de “Gran Oficial”

Nació en Pilzone d'Iseo, Brescia, Lombardía, Italia, en 1846. Antes de llegar a la Argentina había tenido una importante actuación profesional como periodista en Italia, fundando en Brescia La Voce dei Giovani, y luego colaborando con laGazzetta di Brescia, siendo redactor en Florencia de La Riforma, y corresponsal parlamentario de Il Secolo de Milano. Profesaba ideas republicanas, igual que la mayoría de los periodistas italianos, aunque no era un sectario mazziniano.
Llegó a Buenos Aires en 1869 para hacerse cargo de la dirección de La Nazione Italiana, que dejó de publicarse por la epidemia de fiebre amarilla de 1870/1871. Durante ésta, integró una comisión popular de salud pública para socorrer las numerosas víctimas del flagelo, recibiendo una medalla de oro por su coraje y abnegación.
Terminada la epidemia, dirigió por algunos meses el periódico L’Italiano, y estuvo a cargo del periódico L’Operaio Italiano en 1872. También presidió ese año la comisión encargada de redactar las bases de la Sociedad Unione Operai Italiani, siendo su primer presidente en 1874. Habiendo sido designado y enviado por el gobierno de Nicolás Avellaneda como agente de inmigración a Europa, viajó a Italia desde donde envió familias alChaco argentino e incluso a Entre Ríos.
Luego de regresar a la Argentina en 1876, fundó el periódico La Patria, que a los pocos años se transformó en La Patria Italiana, para diferenciarse de La Patria Argentina de los hermanos Gutiérrez. Durante 1877/1878 participó del directorio de Il Maldicente, semanario de corte satírico.
En su diario desplegó un enorme talento periodístico aunque carecía de buenos colaboradores, logrando imponerse en el mercado gracias a impetuosas luchas contra otros periódicos: muchas veces las luchas verbales se matizaban con duelos de armas.
Una de sus campañas importantes fue la protesta contra la matanza de italianos perpetrada cerca de Lima durante la Guerra del Pacífico. Otra fue la campaña a favor de las escuelas italianas, sostenida contra Domingo Faustino Sarmiento, aunque la más riesgosa pero sumamente redituable a nivel tirada del periódico, fue la referida a los malos tratos inferidos durante la epidemia de cólera a los inmigrantes italianos en el Lazareto de Martín García, en 1885.
Fueron esas denuncias contra el gobierno y la polémica sostenida contra L’Operaio Italiano que lo defendía, lo que obligaría a batirse a duelo a los directores de ambos medios, saliendo ilesos ambos contrincantes.
Regresó a Italia, asumiendo la dirección del periódico La Provincia di Brescia, siendo luego vicedirector del Popolo Romano.
Mientras tanto en Argentina, la quiebra de La Patria Italiana obligó a fundar La Patria degli Italiani.
Regresa de Italia a la Argentina en 1896, haciendo resurgir el diario L’Italiano. En 1902, los periódicos L’Italiano y L’Italia al Plata se fusionan con La Patria degli Italiani bajo este último nombre, quedando la dirección en manos de Cittadini, quien le imprimirá un gran impulso, gracias a su experiencia y dotes periodísticas.
Bajo su dirección y como periódico republicano que era, La Patria degli Italiani apuntó a extender su audiencia más allá del arco de lectores de la pequeña y mediana burguesía bonaerense. De ahí la importante cobertura otorgada al prolongado movimiento huelguístico de chacareros arrendatarios conocido como ElGrito de Alcorta en 1912.
Justo al inicio del conflicto, Cittadini dejó la dirección del diario y viajó a Italia. Regresaría en 1916, continuando vinculado al periodismo hasta su fallecimiento en Buenos Aires, en 1921.
Su hijo Bruno Cittadini, fue un importante periodista deportivo, y otro de sus hijos, Tito Cittadini, fue un reconocido pintor argentino.

Bibliografía

Cuneo, Niccolo, Storia dell’emigrazione italiana in Argentina 1810-1870, Garzanti Ed., Milano, 1940.
Frigerio, José Oscar, Italianos en la Argentina. Los lombardos, Asociación Dante Alighieri de Buenos Aires, 1999. ISBN 950-9089-84-2
Grazia Doré, Un periódico italiano en Buenos Aires (1911-1913), en Fernando Devoto – Gianfausto Rosoli (comp.), “La inmigración italiana en la Argentina”, Ed. Biblos, Buenos Aires, 1985.
Petriella, Dionisio y Sosa Miatello, Sara, Diccionario Biográfico Italo-Argentino, Asociación Dante Alighieri de Buenos Aires, 1976.
Scardin, Francesco, Vita italiana nell’Argentina - Impressioni e note, dos volúmenes, Buenos Aires, 1899.
Sergi, Jorge F., Historia de los italianos en Argentina, Buenos Aires, 1940.
Sergi, Pantaleone, Patria di carta. Storia di un quotidiano coloniale e del giornalismo italiano in Argentina, Pellegrini, Cosenza (Italia) 2012.
Zuccarini, Emilio, Il lavoro degli italiani nella Repubblica Argentina, dal 1516 al 1910 – Studi, leggende e ricerche, La Patria degli Italiani, Buenos Aires, 1910.


GENARO BERÓN DE ASTRADA

GENARO BERÓN DE ASTRADA


Juan Genaro Berón de Astrada (Corrientes, 19 de septiembre de 1801 - Pago Largo, cerca de Curuzú Cuatiá, 31 de marzo de 1839) fue un político y militar argentino, que gobernó la provincia de Corrientes en oposición al régimen de Juan Manuel de Rosas. Murió al frente de las tropas correntinas en la batalla de Pago Largo.

Alumno de fray José de la Quintana, Berón de Astrada tomó de joven la carrera de las armas, ascendiendo rápidamente en el "Regimiento de Granaderos a Caballo" local. Organizó la guarnición de Curuzú Cuatiá y fue encargado de la vigilancia de la frontera este de su provincia.

Durante un corto tiempo residió en el Estado Oriental del Uruguay, donde combatió contra Manuel Oribe bajo las órdenes de Fructuoso Rivera; tras la derrota en la batalla de Carpintería regresó a Corrientes, donde fue ascendido a coronel.

Su estrecha relación con el ex-gobernador Pedro Ferré y sus dotes de mando le permitieron acceder al cargo de gobernador muy joven, en 1837, tras la muerte del gobernador federal Rafael León de Atienza. Su ministro de gobierno fue Pedro Díaz Colodrero.

Al año siguiente llevó a cabo la reforma de la Constitución provincial, dictada en 1821, y abrió los puertos al tráfico marítimo de cabotaje y transatlántico; éstas dos eran sus principales preocupaciones, y sus mayores puntos de conflicto con Buenos Aires, cuyo gobernador Juan Manuel de Rosas controlaba el país a través del control del puerto único y de la inexistencia de una Constitución Nacional.

Al producirse el bloqueo francés al Río de la Plata, intentó llegar a un entendimiento con la flota francesa a través del ministro santafesino Domingo Cullen, pero todo quedó en nada a la muerte del gobernador Estanislao López. Al iniciarse la persecución de Rosas contra Cullen, Berón de Astrada se alzó contra aquél, con la anuencia del congreso provincial, el 28 de diciembre de 1838.

Firmó un tratado de alianza con los emigrados unitarios de Montevideo y con el general Rivera. Éste forzó la renuncia al gobierno del general Oribe, mientras Berón organizaba un ejército provincial de unos 5.000 hombres, cerca de Curuzú Cuatiá, en el sur de la provincia.

Falto de oficiales experimentados — los únicos con los que contaba eran el general Manuel Olazábal y algunos tuvichás (caciques) guaraníes — enfrentó al gobernador entrerriano Pascual Echagüe en la batalla de Pago Largo. Este, que contó con la participación clave del entonces coronel Justo José de Urquiza, lo derrotó completamente en una cruenta batalla, en la que resultaron muertos varios oficiales y muchos cientos de soldados.

Al ver la derrota, Berón de Astrada huyó, pero fue alcanzado y muerto.

Una extendida historia, de incierta veracidad, asegura que un soldado de Urquiza — o quizá Urquiza mismo — sacó de su espalda una lonja de piel, con la que hizo hacer una manea.

Sus restos fueron trasladados a la Catedral Metropolitana de Corrientes.

Bibliografía
Castello, Antonio Emilio, Hombres y mujeres de Corrientes, Ed. Moglia, Corrientes, 2004. ISBN 987-1035-30-6
Cutolo, Vicente, Nuevo diccionario biográfico argentino, Ed. Elche, Bs. As., 1968-1985.
Castello, Antonio Emilio, Historia de Corrientes, Ed. Plus Ultra, Bs. As., 1991. ISBN 950-21-0619-9
Academia Nacional de la Historia, Partes de batalla de las guerras civiles, Bs. As., 1977.
Beverina, Juan, Las campañas de los ejércitos libertadores 1838-1852, Bs. As., 1923.
Ferré, Pedro, Memorias. Ed. Coni Hnos., Bs. As., 1921.
Ruiz Moreno, Isidoro J., Campañas militares argentinas, Tomo II, Ed. Emecé, Bs. As., 2006. ISBN 950-04-2794-X
Zinny, Antonio, Historia de los gobernadores de las Provincias Argentinas, Ed, Hyspamérica, 1987. ISBN 950-614-685-3

Saraví, Mario Guillermo, La suma del poder. Memorial de la Patria, tomo VII, Ed. La Bastilla, Bs. As., 1981.

BENJAMÍN LAVAISSE

BENJAMÍN LAVAISSE

Benjamín Juan Lavaisse o Lavaysse (Santiago del Estero, 1822 – provincia de Jujuy, 7 de enero de 1854), sacerdote y político argentino, miembro del Congreso que sancionó la Constitución Argentina de 1853.
Era hijo del general Jean Joseph D’Auxion, barón de La Vayesse, oficial francés del ejército de Napoleón Bonaparte, venido a las Provincias Unidas del Río de la Plata en 1817, enviado por el general chileno José Miguel Carrera. Solicitó su incorporación al ejército argentino, en el que fue dado de alta con el grado de Coronel Mayor y asignado al Ejército del Norte que comandaba Manuel Belgrano, quien le encomendó la dirección de la Academia Militar. Más tarde fue secretario de la legislatura de la provincia de Santiago del Estero (donde nació su hijo), y tras su paso por Chile, se suicidó en Tacna
Benjamín se ordenó sacerdote a los 25 años, y luego concluyó sus estudios, graduándose como doctor en teología y en derecho canónico en Buenos Aires. Desde su ordenamiento fue cura párroco de la Villa Tulumba, en el norte de Córdoba. Se dedicó a la política en la capital provincial, en favor del gobernador rosista "Quebracho" López. Después de su caída, a las pocas semanas de Caseros, se hizo firmemente partidario del general Urquiza. Sus vaivenes tal vez puedan explicarse en sus propias palabras: "Yo soy puramente gubernamental... no pertenezco a partido o persona alguno"
El gobernador santiagueño Manuel Taboada lo hizo elegir diputado al Congreso Constituyente de 1853. Participó en los debates, tratando de llamar la atención más de lo aconsejable (esto era lo que opinaban sus compañeros de tareas). Escribió muchas cartas a Taboada, en que retrató a los demás miembros del Congreso, declarando su antipatía contra muchos de ellos. En particular sentía un fuerte odio contra el presidente Facundo Zuviría, al que en sus cartas a Taboada califica de "viejo palangana, boliviano y apologista de sí mismo" e "hideputa salteño". Estas cartas4 sirvieron a los historiadores como crónica del Congreso.
Siendo diputado por Santiago, se unió al círculo liberal en el Congreso, votó todas las iniciativas de los liberales, incluidas la Constitución copiada de la de losEstados Unidos y la libertad de cultos. Con su oportuna palabra salvó en la Constitución la libertad de cultos, diciendo que, como diputado de un país de inmigración, consideraba necesaria esa libertad, reservándose, como sacerdote, el deber de predicar, fuera del congreso. Firmó el acta de la Constitución Argentina de 1853. A fines de 1853 fue enviado en misión oficial del Congreso a San Salvador de Jujuy, pero falleció en camino.
Una localidad de la provincia de San Luis, así como varias calles de distintas ciudades de la Argentina, como en Buenos Aires, San Miguel de Tucumán y en Santa Fe, llevan su nombre.

Bibliografía
 ZUVIRÍA, J.M., Los constituyentes de 1853, S.I.: Lajouane, 1889, p.106
 ROSA, J.M, "Nos, los representantes del pueblo, Buenos Aires: A. Peña Lillo Editor, 1975, p. 271 y ss.
 Ricardo Rojas, Historia de la Literatura Argentina, "Los Modernos", T. II, p. 189-193.


viernes, 16 de octubre de 2015

JOSÉ SEVERO MALABIA

JOSÉ SEVERO MALABIA


José Severo Feliciano Malabia (Charcas, 1787 – Buenos Aires, 1849), abogado y político argentino de origen boliviano, miembro del Congreso de Tucumán, que declaró la Independencia argentina.

Se doctoró en jurisprudencia en la Universidad de Chuquisaca y ejerció como abogado en esa ciudad.

Apoyó la revolución del 25 de mayo de 1809 en su ciudad natal, por lo que tuvo que huir al ser ésta derrotada.

Ocupó cargos administrativos en la ciudad de Tupiza, en el extremo sur de la actual Bolivia. Regresó a su ciudad natal con el Ejército del Norte después de la batalla de Suipacha y fue asesor del cabildo. Permaneció en esa ciudad bajo las sucesivas administraciones independentistas y realistas.

En 1815, poco antes del desastre de Sipe Sipe, fue electo diputado al Congreso de Tucumán, que se reunió en esa provincia a comienzos del año siguiente, después de la derrota independentista en el Alto Perú. Huyó hacia Tucumán y se incorporó a la misma.

Una de sus primeras actuaciones fue contra el diputado por Salta, coronel José Moldes, a quien acusó falsamente de cometer varios delitos, para impedir su incorporación al Congreso (Moldes podía ser una competidor importante contra el grupo porteño, e incluso era el candidato provinciano al cargo de Director Supremo).

Juró y firmó el acta de la Independencia el día 9 de julio de 1816. Era de tendencia monárquica, y defendió su ideología con tenacidad, hasta casi lograr que se coronara un rey en la actual Argentina.

Se trasladó con el congreso a Buenos Aires, y firmó la constitución unitaria de 1819.

Después de la disolución del Congreso, en 1820, se unió al grupo unitario de Bernardino Rivadavia, y fue diputado provincial de la provincia de Buenos Aires.

En 1826, fue enviado por Rivadavia como secretario del embajador ante el gobierno de Bolivia, general Juan Gregorio de Las Heras. Su misión era ayudar al general para que, a cambio del reconocimiento de la independencia de ese país, la Argentina recuperara la provincia de Tarija. Boicoteó la misión, ayudando a que esa provincia siguiera perteneciendo a Bolivia.

Se radicó por un tiempo en Charcas, donde ocupó varios cargos oficiales. Más tarde regresó a Buenos Aires como embajador de Bolivia, pasando después a actuar en la política local. Por su oposición al gobernador Juan Manuel de Rosas se vio obligado a exiliarse un tiempo en Montevideo.

Pasó a Lima, donde fue embajador boliviano ante el gobierno del Perú, y luego fue ministro de la Suprema Corte de Justicia boliviana.


Huyó de regreso a Buenos Aires en tiempos del dictador Andrés de Santa Cruz y se radicó en esa ciudad (con permiso de Rosas) hasta su muerte.

Ulrico Schmidl

Ulrico Schmidl






Ulrich Schmidl, o Utz, como le llamaban sus amigos, nació alrededor del año 1510 en la ciudad bávara de Straubing.  Se desconoce la fecha exacta de su nacimiento, sólo se puede afirmar con toda seguridad que debió nacer antes o, como muy tarde, hacia 1511, el año en que murió su padre Wolfgang.  Ulrich Schmidl era el retoño de una de las familias principales de Straubing, que ya desde 1364 aparece en los documentos históricos de la ciudad bávara.  Fue Friedrich III quien elevó a los Schmidl a la nobleza y que les permitió usar un escudo de armas: la cabeza de un toro negro con una corona dorada alrededor de las astas.

Su padre Wolfgang fue hasta tres veces burgomaestre de Straubing. Wolfgang Schmidl tuvo tres hijos.  Ulrich fue el más joven, fruto de su segundo matrimonio.  Friedrich, el primogénito, murió aún siendo muy joven, por lo que los derechos de herencia de su padre pasaron a Thomas, el segundo hijo.  Friedrich y Thomas eran hermanastros de Ulrich.

Se desconoce la razón por la cual Ulrich dejó su ciudad natal.  Como se deduce de su narración, en 1534 se encontraba en Amberes.  Fue entonces cuando escuchó hablar sobre los preparativos de la expedición de Pedro de Mendoza al Río de la Plata.  ¿Fueron las historias sobre las fabulosas riquezas del Nuevo Mundo las que le sedujeron al joven bávaro de unos 25 años a participar en la arriesgada empresa, o fueron sus ansias de aventuras?  Nunca lo sabremos.  Tomó la decisión y viajó por mar hacia el sur de España, a Cádiz.  El 24 de agosto de 1535 embarcó como soldado en el barco de los señores Jakob Welser y Sebastian Neithart de Nuremberg, para hacer la gran travesía hacia el desconocido Río de la Plata.

La flota  estaba compuesta por catorce barcos que comandaba el Primer Adelantado don Pedro de Mendoza.  Esa expedición tenía fines muy precisos, pero a la vez, estaba basada en vaguedades, como que se proponía explorar el Río de la Plata -así bautizado expresamente- como forma de llegar a la fabulosa Sierra de Plata.  Entre sus capitanes figuraban algunos con insignias de órdenes militares que habían ya acompañado a Mendoza en otra aventura, como Juan de Ayolas o Domingo Martínez de Irala.

La expedición de 1534 contaba con dos mil quinientos españoles y ciento cincuenta alemanes. Llevaban además setenta y dos caballos y yeguas, que fueron los primeros ejemplares de ganado equino que llegaron al Río de la Plata.  Esos caballos fueron también los primeros que sufrieron el acoso de los indios Querandiés y sus “boleadoras”, armas indígenas que Schmidl describe como “gruesos cordeles que llevaban una piedra atada a un extremo y que lanzaban con gran pericia a las patas de los caballos, consiguiendo derribarlos”.

En el Río de la Plata, el 3 de febrero de 1536, Schmidl participó de lo que sería la primera fundación de Buenos Aires, el poblado a orillas del Río de la Plata que recibió entonces el nombre de Santa María del Buen Aire.  En un pasaje de su libro, “La Admirable navegación realizada por el Nuevo Mundo entre Brasil y el Río de la Plata entre los años 1534 al 1554”, aparece por primera vez el nombre de la ciudad, escrito en fonética, “Wonass Eiress”: se trataba en realidad de un rústico conjunto de chozas con paredes de barro y techo de palmas, rodeadas por empalizadas de protección.  Contaba con una “casa fuerte” para la vivienda del Adelantado, una cien habitaciones que daban cobijo a los soldados y una iglesia.  Las empalizadas -según el relato de Schmidl, de “la altura de un hombre con una espada en la mano”, eran absolutamente necesarias pues los indígenas del lugar, los Querandíes, una nación de aproximadamente 3.000 hombres, fueron al principio amistosos, pero se fueron convirtiendo en un peligro constante.

El joven aventurero nunca podría haber sospechado que así comenzó un largo viaje, que duraría casi 20 años.  No regresaría a Straubing hasta 1554.  Era el mal estado de salud de su hermano Thomas, que muy poco después de su regreso falleció, que le hizo volver a su ciudad natal. 

Durante su largo viaje por el mundo desconocido, Ulrich Schmidl visitó regiones y países que hoy en día conocemos como Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia.  Sobrevivió a la gran hambruna de los primeros años, sed, enfermedades, cientos de escaramuzas y combates con los indios, un naufragio en la inmensa desembocadura del Río de la Plata y un sinfín de expediciones peligrosas.  Utz era un verdadero soldado de fortuna, aunque, eso sí, con muchísima suerte. ¿Quien si no podría haber aguantado todas esas penurias durante casi 20 años? A su regreso a Straubing, Ulrich Schmidl rondaba los 45 años.  Sus aventuras no se acabaron en el Río de la Plata.  También en su Baviera natal, la vida le aguardaban muchas sorpresas y sobresaltos.  Así le echaron de la ciudad de Straubing en 1562, por haberse convertido al protestantismo.  Por aquel entonces ya era un importante consejero de la ciudad. Tuvo buena acogida en Regensburgo, donde pronto se convirtió en un ciudadano próspero y principal.  Fue entonces cuando escribió el relato de su viaje al Nuevo Mundo, que se publicó por primera vez en 1567.

Ulrich Schmidl se casó tres veces, aunque no tuvo descendientes.  Igual que la fecha del nacimiento de Ulrich Schmidl, también la fecha de su muerte sigue siendo una incógnita.  Probablemente se murió al final de 1580, o a principios de 1581.

Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Loos , Jurgen Hans – Biografía de Ulrich Schmidl
Portal www.revisionistas.com.ar
Stürber, Dora – Ulrich Schmidl, Primer cronista del Río de la Plata

Se permite la reproducción citando la fuente: www.revisionistas.com.ar

Cayetano Silva

Cayetano Silva




El 17 de agosto de 1868, nació el autor de la “Marcha de San Lorenzo”, hijo de Natalia Silva, una esclava de Emilia Silva, en cuya casa se crió la madre, que le dio el apellido.  Vio la luz  en San Carlos, Departamento de Maldonado, Uruguay, una Villa fundada en 1763 por el General y Gobernador Español don Pedro de Cevallos, siendo la única población del interior que no pudieron conquistar los ingleses, en sus invasiones de principios del Siglo XIX.  Es Capital artesanal y agropecuaria de la región, y en el año 1953, se construyó en ella un espacio de esparcimiento y la cultura: un Teatro al Aire Libre que  en su honor, lleva su nombre.
Desde muy niño mostró vocación por la música, comenzando a estudiar con el Maestro Rinaldi, y cuando tenía apenas 12 años, dicho profesor lo incorporó a su Banda Popular para tocar el pistón.   Su madre y Emilia, se preocuparon de mejorar su educación musical, y lo ingresaron en la Escuela de Artes y Oficios, donde cuando tenía 16 años, bajo la Dirección del maestro Gerardo Grasso, el italiano de Caposele autor entre otros del  Pericón Nacional Uruguayo, estudió solfeo y corno, y durante cuatro años violín, sin abandonar el pistón..
En 1888, esto es cuando tenía 20 años, marchó a Río Grande do Sur (Brasil), ingresando a la Banda del Sampaio, buque de la Armada Brasileña.  Y tiempo después a Buenos Aires, donde estudió en la Escuela de Música de Pablo Beutti.  Allí fue Maestro de Bandas en diversos regimientos militares.  Posteriormente se trasladó a San Juan organizando una Banda, y luego a Mendoza, donde creó la Banda del Cuerpo de Bomberos.  En Rosario fue Director de la Banda del Regimiento Nº 7 de Infantería “Cnl Conde”.   Allí contrajo matrimonio con Filomena Santanelli, con la que tuvo ocho hijos. En 1898, es contratado por la Sociedad Italiana de Venado Tuerto, provincia de Santa Fe y se traslada con su familia a dicha ciudad donde funda un centro lírico, enseña música y crea La Rondalla, con la que actúa en el Carnaval de 1900.  También escribe la música de las obras teatrales como Canillita y Cédulas de San Juan de su compatriota y amigo Florencio Sánchez.  Estas obras son estrenadas en Rosario con mucho éxito.
Venado Tuerto debe su curioso nombre a que, en un fortín de la zona, fue criado por soldados un venado guacho al que le faltaba un ojo perdido en un ataque sufrido ante los indígenas.  Desde entonces, cada vez que se aparecía en el fortín, era aviso seguro de la proximidad del malón, hecho que permitía a los soldados refugiarse y defenderse del ataque.  En épocas de sequía, conducía a las tropas por buenos pastos y aguas lo que le valió el reconocimiento de aquellos hombres.  Cuando esta historia le fue narrada a Eduardo Casey, decidió que el pueblo a fundar se llamaría Venado Tuerto.  Está al Sur de la Provincia de Santa Fe, a 65 km de Rosario, y fue fundada el 26 de abril de 1884 por Eduardo Casey, llegando a categoría de ciudad el 16 de diciembre de 1935.  Ha mantenido hasta ahora su denominación originaria, a pesar de varios intentos de cambiarle su extraño nombre.  Hoy hay allí un Museo Regional y Archivo Histórico que lleva su nombre, en el cruce de las rutas 8 y 33, en un pequeño parque,  donde se encuentra la casa en que Silva vivió, y donde por primera vez se ejecutó su más importante obra.  Es también sede de la Banda Municipal.  Está ubicada en la calle Maipú 966, y fue declarada Monumento Histórico por la Municipalidad de Venado Tuerto en el año 1972.
La famosa Marcha de San Lorenzo, que es como un Segundo Himno Nacional Argentino, fue la culminación de una serie de marchas militares que había comenzado a componer Cayetano Silva.  La compuso en bancos de la plaza San Martín, terminando de hacerlo el 1 de enero de 1902, y la tocó por primera vez en su domicilio, con su violín,  frente a su esposa y una hija muy pequeña.  Se la dedicó al coronel Pablo Riccheri, por entonces Ministro de Guerra, quien la declaró Marcha Oficial del Ejército Argentino, el 30 de octubre de 1902, después de ser escuchada en la inauguración del Monumento al General San Martín, en la ciudad de Santa Fe,  en presencia del Presidente Julio Argentino Roca.
La compuso en alusión al Combate de San Lorenzo, del 3 de febrero de 1813, bautismo de fuego de los Granaderos del General José de San Martín.  El mismo tuvo lugar a 26 kilómetros al Norte de Rosario, cuando habían desembarcado 250 españoles que se instalaron en el Colegio de San Carlos; siendo sorprendidos allí por los granaderos, que los atacaron de un lado y otro del colegio, obligándolos a retirarse.  Fue un combate de unos pocos minutos, en el cual el caballo de San Martín calló, aplastando una pierna del Libertador, y cuando una bayoneta enemiga se aprestaba para matarlo, el sargento Juan Bautista Cabral, se interpuso salvando su vida, pero muriendo él en la acción.  La marcha cumple un doble propósito de exaltar al Libertador, y al mismo tiempo al sargento Cabral,  que dio su vida por su Jefe.
Entre el conjunto de marchas creadas por Cayetano Silva se destacan, entre otras, la marcha de “Curupaity”, inspirada en la guerra del Paraguay, la marcha de “San Genaro” -localidad próxima a Rosario-,  “Río Negro”, “22 de Julio” y “Tuyutí”.
Es de lamentar que desde la creación de esta marcha, la misma y su autor, siguieron caminos muy distintos.  Pues apremiado por necesidades económicas, con una familia numerosa, debió vender sus derechos a una casa editora de música de Buenos Aires, por la módica suma de cincuenta pesos.  En una época en que no existían leyes que ampararan los Derechos de Autor.
Cuando gestionaba su reincorporación al ejército se le prometió la dirección de la Banda de la Policía de Rosario pero los azares de la política le quitaron las probabilidades, sufriendo un duro golpe moral que le afectó para precipitar su muerte.  Falleció en Rosario en estado de indigencia el 12 de enero de 1920, es decir a los 52 años de edad.  Fue sepultado en el Cementerio “El Salvador” de Rosario, aunque muchos años después, en 1997, fueron trasladados al Cementerio Municipal de Venado Tuerto, a raíz de gestión de la Comisión de Amigos de la Casa Histórica Cayetano A. Silva. 
En 1945 la ciudad de Buenos Aires le dio su nombre a un Pasaje del bario de Liniers, como también lo dio a Carlos Javier Benielli, amigo y vecino de Silva en Venado Tuerto, que dio letra a esta música y a otros temas suyos.
La miseria también persiguió a su numerosa familia, pues su viuda debió esperar más de cuatro años, para que le otorgaran una pensión, muy modesta también.  Pero mientras la miseria caía sobre el autor y su núcleo familiar, la marcha que compuso se hacía cada vez más famosa, y se escuchaba con mayor frecuencia en cuarteles y escuelas, no solo argentinas, sino también en otros países, en especial Uruguay, Alemania, Brasil, Polonia y Gran Bretaña.
El 14 de enero de 1946 por Decreto 2820/467, firmado por el Presidente de la Nación, en esa época General Edelmiro J. Farrell, la Marcha de San Lorenzo pasó a nivel de Marcha Presidencial, notificándose a la familia por el Coronel Franklin Lucero.
En Gran Bretaña, se ejecutó en la ceremonia de Coronación de Jorge V, y también en la de la actual Reina Isabel, y en los cambios de guardia en el Palacio de Buckinghan, modalidad que se suspendió en la guerra por las Malvinas. Una cosa curiosa es que en Alemania la tocó el ejército alemán cuando tomó París, al marchar por sus calles, y  años después la ordenó tocar el General Eisenhower, luego del desembarco en Normandía en 1944, para levantar el ánimo de sus tropas, que culminaron  cuando el ejército aliado liberó a los franceses.
Fuente
Benarós, León – Revista Todo es Historia, Nº 171, Enero 1990, Pag. 62
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado.
Portal www.revisionistas.com.ar
Sica Dell’Isola, Nelson – Cayetano Alberto Silva, Un carolino ilustre.
Silva, A. Cayetano y Horacio A. Silva – Vida y obra de Cayetano Alberto Silva – Buenos Aires (1997).
Venado Tuerto – Portal del gobierno de la ciudad.
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