miércoles, 25 de noviembre de 2015

ACOYTE: COMBATE DE ACOYTE

COMBATE DE ACOYTE
  
COMBATE DE ACOYTE BONIFACIO RUIZ DE LOS LLANOS


El Combate de Acoyte, ocurrido el 11 de febrero de 1818, fue un enfrentamiento en el marco de la guerra gaucha, en el que 20 gauchos comandados por Bonifacio Ruiz de los Llanos, y pertenecientes a las fuerzas del general Martín Güemes, derrotaron a una columna de 200 hombres del ejército realista español del general Olañeta.
El suceso tuvo lugar cerca del pequeño pueblo de Acoyte, en el extremo noroeste de la Provincia de Salta.
El coronel Bonifacio Ruiz de los Llanos, a partir de 1815 revistaba en las partidas gauchas del entonces coronel Güemes, y fue ascendido a teniente 1º, a la vez que fue designado Segundo Jefe del Escuadrón Gauchos del Valle de Cachi. Poco después, debido a su intrepidez, fue trasladado al comando de los Infernales con el grado de capitán, a cuyo frente participó de las acciones de 1817 contra José de La Serna. Un año después habría de encontrarse en el triunfo de Acoytecon el que se hizo acreedor del título de “intrépido” y el ascenso al grado de teniente coronel.

En Buenos Aires, existe la Estación Acoyte, ubicada sobre una de las principales avenidas de la ciudad, la Av. Rivadavia, en la intersección con la Av. Acoyte, en el barrio de Caballito. También existe la calle Acoyte en el barrio Alto General Paz de la Ciudad de Córdoba.

EMMA DE LA BARRA (César Duayen)

EMMA DE LA BARRA (César Duayen)

emma de la barra

Emma de la Barra (n. en Rosario en 18601 ó 18612 - f. el 5 de abril de 1947), conocida por el seudónimo César Duayen, usado en su obra literaria, fue una escritora argentina.
Nacida en una familia acomodada, su padre fue Federico de la Barra, periodista, fundador de La Confederación, primer periódico rosarino y político, en ese entonces senador por Santa Fe y su madre la dama de sociedad cordobesa Emilda González Funes.
Siendo adolescente, comienza a asistir a reuniones literarias y a mitines obreros. Poco tiempo después, se casa en un matrimonio por conveniencia, acordado por su familia, con su tío Juan de la Barra (hermano de su padre) quien la doblaba en edad.
Se muda con él a Buenos Aires, donde Emma continúa desarrollando el talento musical y la pintura y realizando actividades de índole social y cultural, consentida por su esposo. Entre otras, fundó la Sociedad Musical Santa Cecilia, la primera escuela profesional de mujeres; y la Cruz Roja, junto a Elisa Funes de Juárez Celman. También hizo labores de traducción, por ejemplo con la obra Novia de abril, de Guy de Chantepleure.
Queda viuda. Tiempo después comienza a tomar forma su obra más conocida, la novela Stella, que relata en cierta forma parte de su vida. Stella es una jovencita que se casa con un hombre mayor y acaudalado. Según relató en un reportaje, la novela fue escrita en pocas semanas, y decidió escribirla con seudónimo masculino porque en ese momento una mujer escritora estaba mal visto socialmente.
Conoce a Julio Llanos, periodista del diario La Nación que se había encargado de los trámites para la edición de Stella, y con quien más tarde contraería matrimonio. Ya para ese momento, Stella era un éxito de ventas. Salían sucesivas ediciones, con prólogo del famoso escritor Edmundo de Amicis. La obra es traducida al italiano en 1908,y prologada por D'Amicis. Julio Llanos organiza un concurso que premiará a quien devele quien es César Duayen. El periodista de El Diario, Manuel Láinez, responde a esta incógnita: "Corresponde a una bellísima dama, la señora Emma de la Barra".
Emma de la Barra escribe, utilizando el mismo seudónimo, las novelas Mecha Iturbe (1906), y El manantial (1908). Por Mecha Iturbe recibe un adelanto de 5000 pesos por 6000 ejemplares, hecho inédito en la literatura argentina. El manantial es editado como libro de lectura. También realiza colaboraciones en diversos medios gráficos como la revista Caras y Caretas y El Hogar, además de adaptaciones de sus novelas para el cine.
En 1915 se encontraba en Europa junto a su marido, quien escribía crónicas para el diario La Nación sobre la Primera Guerra Mundial. Emma escribió muchas de esas crónicas, adaptándose al género periodístico.
Fue celebrada como escritoras por diversos autores de la época, por ejemplo Gabriela Mistral, quien le dedica el poema La oración de la maestra (1925).
En 1943 se realiza la película basada en Stella, con dirección de Benito Perojo.
Además de su labor como escritora, Emma fue mujer de empresa e invirtió parte de su fortuna en un proyecto de un barrio obrero en la localidad de Tolosa, que sería conocido como "Barrio de las Mil Casas", próxima a la ciudad de La Plata, que aún no había sido construida. Este proyecto se estancó y fracasó.
Obra
• 1905 - Stella
• 1906 - Mecha Iturbe
• 1908 - El manantial
• 1917 - Cartas materiales
• 1933 - Eleonora
• 1943 - La dicha de Malena


Fuente: Wikipedia

ALEXANDRE DUMAS (Alejandro Dumas padre)

ALEXANDRE DUMAS (Alejandro Dumas padre)

DUMAS PADRE


(Villers-Cotterêts, Francia, 1802 - Puys, id., 1870) Novelista francés. Hijo de un general del ejército francés que dejó a su familia prácticamente en la ruina al morir, en 1806, Alexandre Dumas tuvo que abandonar pronto sus estudios. Llegó a París en 1823, tras una primera experiencia como pasante de abogado, lleno de ambiciones literarias. Gracias a su puesto de escribiente para el duque de Orléans, que obtuvo por recomendación del general Foy, consiguió completar su formación de manera autodidacta.
Desde 1825, editó poemas y relatos largos, y representó vodeviles en teatros de variedades, pero el verdadero inicio de su carrera como dramaturgo se produjo en 1829, con Enrique III y su corte, primera manifestación de la nueva generación literaria romántica, anticipándose un año al Hernani, de Victor Hugo. Antony, en 1831, marcó los principios de una etapa de creación infatigable de dramas, tragedias y melodramas, casi todos de exaltación de la historia nacional de Francia.
Gran admirador de Walter Scott, a partir de 1832 escribió también novelas históricas, aprovechando el auge del género propiciado por su publicación por entregas en los periódicos. A pesar del poco éxito de sus primeras novelas, la aparición de Los tres mosqueteros, en 1844, significó su salto a la fama. Las sumas ingentes de dinero que se le ofrecían, dada la creciente demanda de sus novelas por parte del público, motivaron una verdadera explosión en la producción de Dumas. Trabajando incontables horas al día, y con la ayuda de varios colaboradores, entre los que destacó el historiador Auguste Maquet, con quien trabajó de 1839 a 1851, llegó a producir ochenta novelas, de desigual calidad. La mayoría de ellas pertenecen al género histórico o al de aventuras, en el que destaca sin duda El conde de Montecristo.
La escasa profundidad psicológica de los personajes se ve ampliamente compensada por una exuberante inventiva a la hora de crear las intrigas, y por el perfecto dominio de los diálogos, siempre ágiles y vivaces. Sin duda, éste fue el motivo de que sus obras fueran frecuentemente trasladadas al teatro. Con este fin fundó en 1847 el Théâtre Historique, en París, empresa que cuatro años más tarde quebró a causa de las deudas contraídas, a pesar del éxito obtenido.
La vitalidad enorme de Dumas le llevó a probar todos los géneros de la literatura y, si bien es cierto que sus ensayos históricos no tuvieron mucha relevancia, la serie de sus Impresiones de viaje (1835-1859), en cambio, lo convirtió en el primer maestro del gran reportaje. Realizó una breve incursión en el universo político; fue nombrado capitán de la Guardia Nacional parisina, pero se enemistó con Luis Felipe, y, tras un estrepitoso escándalo en las Tullerías, rechazó el nuevo régimen y volvió a la literatura. Tras dos fracasos electorales sucesivos, en marzo y junio de 1848, en 1851, huyendo más de sus acreedores que de Luis Napoleón, se exilió en Bélgica, donde redactó sus apasionantes y pintorescas memorias, y compuso nuevas novelas de aventuras.
Regresó a Francia en 1853 y fundó la revista satírica El mosquetero, que se transformó, en 1857, en El Monte-Cristo. Ante la continua censura de Napoleón III, abandonó de nuevo Francia y se sumó a la expedición de Garibaldi en Sicilia, en 1860. Se encargó de comprar armas para el revolucionario italiano y se instaló, durante cuatro años, en Nápoles, donde Garibaldi lo nombró conservador del museo de la ciudad. Enemistado con el cardenal Francesco Zamparini, fue expulsado por los napolitanos, e impulsó en París nuevos intentos periodísticos, que abortaron al poco tiempo.

Arruinado, vivió los últimos años de su vida a costa de su hijo Alexandre Dumas, también escritor, y de su hija, Madame Petel. Pretendía haber escrito más de mil doscientas obras, y, aunque sin duda exageraba la cifra, dejó unos trescientos libros y numerosísimos artículos, que hicieron de él uno de los autores románticos más prolíficos y populares de Francia.