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jueves, 31 de octubre de 2019

TENIENTE CORONEL DE BANDA JOSÉ (PIPO) GIRIBONE Un soldado músico


TENIENTE CORONEL DE BANDA JOSÉ (PIPO) GIRIBONE



 
TENIENTE CORONEL DE BANDA JOSÉ (PIPO) GIRIBONE   Un soldado músico
Un soldado músico



Nació en Génova (Italia), el 18 de julio de 1824, en 1843 emigra al Río de la Plata, recala en Montevideo, forma parte de la Legión Italiana cuyo Comandante es Garibaldi. En este período conoce a Bartolomé Mitre, Ignacio Rivas, Juan Andrés y a Gelly y Obes.
El 1853 es nombrado Director de la Banda del Regimiento 2 de Infantería y en 1854, participa del enfrentamiento bélico El Tala, entre Buenos Aires y la Confederación, escribiendo una marcha militar del mismo nombre.
TENIENTE CORONEL DE BANDA JOSÉ (PIPO) GIRIBONE   Un soldado músico
En este período dirige una temporada de ópera italiana en la ciudad de Paraná.
Su popularidad en Buenos Aires es notable; se destaca con su banda en la interpretación de música clásica y militar para satisfacción del pueblo capitalino, reflejado en los comentarios de los periódicos de la época.
El 29 de noviembre de 1858, en “El Nacional” podemos leer: “Los domingos en la plaza del parque toca la magnífica música del Batallón del Coronel Arenas, bajo la dirección de su hábil director el señor Pipo (José Giribone), ejecutando bellísimos trozos de música con una perfección sorprendente”.
TENIENTE CORONEL DE BANDA JOSÉ (PIPO) GIRIBONE   Un soldado músico
El 10 de agosto de 1861, es designado Capitán del Batallón Nro. 1 – Legión de Voluntarios de la Libertad y participa en la Batalla de Pavón; al respecto podemos decir: “. . . a las dos y media se tocó a la carga sobre el enemigo, las bandas de música batían A LA LID; las cornetas A DEGÜELLO. . .”. Este cuerpo militar pasa a denominarse “Legión Extranjera” y su orgánica a cuatro compañías de infantería se cubre con personal voluntario, integrado por italianos y franceses y sueldo similar al Ejército de Línea; Giribone recibe el nombramiento de Capitán – Comandante, responsable de su organización.
En 1864, esta unidad pasa a denominarse 1er Batallón – Legión Voluntarios y se instala en la localidad de Azul, para defensa de la zona sur.
Producida la guerra de la Triple Alianza, el Batallón a órdenes de su Capitán – Comandante, participa de dicho conflicto en las Batallas de: § Yatay (17 agosto 1865) § Paso de la Patria (18 setiembre 1865) § Toma de las Fortificaciones de Itapirú (16/17 abril 1866) § Estero Bellaco (02 mayo 1866) § Tuyutí (24 mayo 1866) § Curupaytí (22 setiembre 1866); en la cual resulta herido.
TENIENTE CORONEL DE BANDA JOSÉ (PIPO) GIRIBONE   Un soldado músico
El 21 de agosto de 1866, es ascendido a Teniente Coronel Graduado y posteriormente efectivo en setiembre del mismo año. Su Unidad tomó parte en el rechazo del ataque paraguayo de Tuyutí el 03 noviembre de 1867.
El 17 de febrero de 1868, a la edad de 43 años el Teniente Coronel Giribone cae muerto en el combate de Tuyú – Cué, desempeñándose en ese momento como Jefe de la línea de vanguardia de la 4ta Brigada de la 2da División.
TENIENTE CORONEL DE BANDA JOSÉ (PIPO) GIRIBONE   Un soldado músico
Su funeral se llevó a cabo en la Iglesia Parroquial San Nicolás de Bari. La Brigada de Artillería rindió honores póstumos.


viernes, 18 de octubre de 2019

Domingo Cabred


Domingo Cabred

Domingo Cabred
Médico psiquiatra
-



Nació en Paso de los Libres (Corrientes) el 20 de diciembre de 1859.
Murió en Buenos Aires el 27 de noviembre de 1929.

Domingo Cabred fue uno de los grandes médicos alienistas (psiquiatras)
que tuvo nuestro país, y el creador de una manera de tratar a los
enfermos mentales radicalmente distinta a las convencionales en su época.
Doctorado en Medicina en la Universidad de Buenos Aires, en 1881 (con
una tesis llamada Contribución al estudio de la locura refleja),
Cabred se especializó en el tratamiento de enfermos mentales, o
alienados, como se los llamaba entonces. Así, fue durante tres años
interno en el Hospicio de Mujeres y, luego, médico interno del
Hospicio de Mercedes, institución que dirigiría desde 1892, y en la
que tuvo oportunidad de implementar nuevos métodos de tratamiento y
mejorar otros.
Se incorporó a la enseñanza universitaria en 1887, cuando ganó un
concurso, y fue profesor titular desde 1892.
En 1889, representó a la Argentina en el Congreso Internacional de
Medicina Mental, en París, donde fue elegido Presidente de Honor.
Entonces, ya se perfilaba como un gran alienista, fama que había
ganado en Europa un año antes, cuando recorrió el Continente
estudiando la organización y el funcionamiento de los hospicios y los
institutos de sordomudos.
También fue el representante argentino en el Congreso Nacional de
Antropología Criminal, realizado en Ginebra en 1896. Allí propuso (y
fue aprobada su moción) que los "alienados delincuentes", es decir,
los enfermos mentales que hubieran cometido un crimen, fueran tratados
en hospicios e instituciones apropiadas, y no en secciones especiales
dentro de las cárceles. El criterio es el mismo que se utiliza
actualmente.
A raíz de este proyecto, Cabred creó un departamento así en el
Hospicio de Mercedes, y que sería el primero en Sudamérica, y un
Instituto de Psiquiatría, en 1900, que luego se anexó a la Facultad de
Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
Por entonces, en los círculos científicos se consideraba a Cabred un
neurólogo ilustre, y se lo homenajeaba constantemente. Fue, por
ejemplo, miembro de honor del Departamento Nacional de Higiene.
Sin embargo, su gran obra no había sido aún edificada: fue la Colonia
"Open Door" (o Colonia Nacional de Alienados), la primera institución
para el tratamiento de enfermos mentales diseñada con un criterio
estrictamente científico y que respondía a la idea de un asilo
abierto, de allí su nombre, donde se aplicaban los métodos más
avanzados a nivel mundial. Posteriormente, en 1903, Cabred fundó la
Liga Argentina de Lucha contra el Alcoholismo, convencido que el
alcohol consumido en grandes dosis destruía la personalidad y al
hombre todo.
Cabred pasó sus últimos años trabajando en el Hospicio de Mercedes.
Allí redactó numerosos informes médico-legales relativos a la
psiquiatría y publicado en importantes revistas científicas. Mucho de
ellos trataban sobre la situación de la medicina mental en Europa,
tales como la Memoria sobre los asilos de Italia, la Memoria sobre la
organización de los asilos de alienados en Inglaterra, o el Estudio
sobre los asilos abiertos en Alemania.
Murió en noviembre de 1929.



jueves, 10 de mayo de 2018

José Ignacio de Amenábar

José Ignacio de Amenábar

José Ignacio de Amenábar

Nació en Santa Fe, el 19 de marzo de 1784. Era hijo de Salvador Ignacio de Amenábar Iturriaga, español, y de María Bonifacia de Quiroga y Humerez, argentina. Inició sus estudios en su ciudad natal, y luego los continuó en Chile, entre 1799 y 1802 en el Colegio del Convictorio Carolino de Nobles de Santiago, y posteriormente en la Real Universidad de San Felipe donde se graduó de doctor en leyes y teología, el 10 de enero de 1804. Allí pronunció la siguiente tesis: El Sumo Pontífice goza de tan elevada plenitud de potestad acerca del matrimonio rato, que dicho matrimonio puede ser disuelto por medio de dispensa papal. Regenteó una cátedra en la misma Universidad, desempeñándola en forma brillante. En Chile ocupó otros puestos elevados con igual competencia, y regresó al país, cuando se produjo el movimiento de Mayo.
Amenábar se situó rápidamente al frente de la Iglesia Matriz de Santa Fe, como cura suplente primero y como interino luego, tras la muerte de Vera y Mujica en julio de 1812.
Formó parte de la Asamblea General Constituyente del Año XIII, en la que actuó como miembro de la Comisión Civil de Justicia. Como representante de su provincia prestó importantes servicios, y la Asamblea le confirió el cargo de vicepresidente de la misma. Dos años más tarde, después de disuelta aquélla, el ministro Dr. Gregorio Tagle, firmó un decreto dándole las gracias en nombre de la Patria por los servicios prestados. Decía que había desempeñado “con dignidad las funciones de su representación, y siendo público y notorio el buen concepto que ha sabido merecerse por la constante honradez de sus sentimientos”.
Una vez terminada la misión que lo llevó a Buenos Aires regresó a Santa Fe, ejerciendo durante largo tiempo las funciones de Cura vicario de la Catedral, cargo que ejercía cuando a fines del año 1818, el ejército de Buenos Aires se aproximó a la capital santafecina ocupándola, y mandando las fuerzas porteñas el general Juan Ramón Balcarce.
En 1824, fue elegido diputado al Congreso General nuevamente por su provincia, pero declinó tal ofrecimiento, y la Junta de Representantes dispuso que el electo se presentara a exponer verbalmente las razones que le impedían aceptar dicha representación. Así lo hizo en la sesión del 27 de setiembre, en una exposición tan lucida como convincente que decidió a la Cámara en su favor.
Aceptada su renuncia, la elección recayó en Pedro Tomás de Larrechea, pero éste por motivos de salud no pudo aceptar el cargo, siendo Amenábar elegido el 13 de enero de 1825. Días después recibió las instrucciones de la Sala, que se inclinaba por la organización del país bajo la forma federal. Presentó su diploma¬¬ en la sesión del 25 de abril, y ejerció el mandato hasta el 31 de marzo de 1826, en que renunció. Su participación en los debates sobre asuntos religiosos e institucionales fue activísima, logrando siempre impresionar favorablemente por su mesura y ecuanimidad de juicios.
Figuró entre los opositores a la Constitución unitaria, siguiendo las instrucciones de la legislatura provincial, que volvió a rechazarla el 26 de marzo de 1827, declarando que no admitía otra forma de gobierno que no fuera la federal.
En 1830, el gobernador Estanislao López designó al doctor Amenábar y Domingo de Oro, como representantes suyos ante el general Paz para procurar un arreglo pacífico entre los gobiernos de Córdoba y San Luis con el general Facundo Quiroga. Estos obtuvieron una suspensión de las hostilidades, pero el empecinamiento de Quiroga, hizo inevitable luego el derramamiento de sangre, lo que produjo el fracaso de la misión encomendada.
Entre los cargos civiles y eclesiásticos de importancia que ocupó, figura el de tercera dignidad en el Senado del Clero, para el que fue nombrado por el gobierno del Dr. Vicente López, en marzo de 1852.
Ejerció en distintas oportunidades el cargo de gobernador delegado de la provincia de Santa Fe. El 26 de octubre de 1856, se encontraba al frente del gobierno, por delegación del general Juan Pablo López, que en dicha fecha, fue derrocado y arrestado por un movimiento revolucionario encabezado por el coronel Mariano Rodríguez, pero fue puesto en libertad y restablecido en el mando al día siguiente.
El 29 de mayo de 1857 fue de nuevo delegado del general López, que salió para el Rosario hasta el mes siguiente; desde el 7 de febrero hasta el 1º de marzo de 1860, por delegación del coronel Rosendo M. Fraga, y desde el 8 de mayo de 1860 del mismo hasta el 30 de junio.
Falleció en Santa Fe, el 8 de mayo de 1863. Se le sepultó en la iglesia matriz, y el presbítero Severo Echagüe, pronunció una sentida oración fúnebre. Monseñor Nicolás Fasolino ha escrito que la redacción de su biografía significará la historia de Santa Fe, durante la primera mitad del siglo pasado. Una calle de nuestra ciudad lleva su nombre. También una localidad del departamento General López, en la Provincia de Santa Fe.
Fuente
Cutolo, Vicente Osvaldo – Nuevo Diccionario Biográfico Argentino – Buenos Aires (1968).
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Portal www.revisionistas.com.ar
Se permite la reproducción citando la fuente: www.revisionistas.com.ar

viernes, 8 de diciembre de 2017

JOSE ANDRES PACHECO DE MELO

JOSE ANDRES PACHECO DE MELO
JOSE ANDRES PACHECO DE MELO


Nació en Salta y murió en Mendoza. Sacerdote, miembro del Congreso de Tucumán y firmante de la Declaración de la Independencia. Funcionario oficial y figura política. Fue condiscípulo de Martín Güemes, con quien mantuvo una amistad permanente. Ingresó en el seminario de Nuestra Señora de Loreto, en Córdoba. Se ordenó sacerdote, fue designado párroco en el pueblo de Libi-Libi en la provincia de Chichas (actualmente en el sur de Bolivia). Fue allí líder del movimiento de la independencia y organizó los recursos de que disponía su provincia para apoyar a los ejércitos revolucionarios en el Alto Perú. Enviado al Congreso de Tucumán, firmó la Declaración de la Independencia y permaneció en actividad hasta su disolución (1819).
Ejercía su presidencia en abril de 1818, cuando tuvo lugar la celebración nacional de la victoria de Maipú. Durante los difíciles años que siguieron a la anarquía de 1819, se aprovecharon sus buenos oficios como pacificador en Córdoba (1821) y San Juan (1825), al igual que como ministro de gabinete en Mendoza en las gestiones de los gobernadores Pedro Molina y José Albino Gutiérrez. Se retiró de la vida pública en 1825. Murió varios años después.

domingo, 3 de diciembre de 2017

PICHINCHA - BATALLA DEL PICHINCHA

PICHINCHA
BATALLA DEL PICHINCHA

PICHINCHA BATALLA DEL PICHINCHA
La calle Pichincha se llama así por la batalla de la Independencia de Ecuador librada en la faldas del volcán Pichincha.

La batalla que selló la libertad a de Ecuador fue librada entre las tropas realistas del Gral. Melchor Aymerich y las fuerzas patriotas conducidas por el Gral. Antonio José de Sucre.

Luego de una agotadora campaña militar que se había iniciado en Guayaquil a principios de 1822, a mediados de mayo ya Sucre se acercaba a la ciudad de Quito y, para evitar encontrarse con los españoles -que se habían hecho fuertes en Machachi- dispuso que sus tropas flanquearan al enemigo subiendo a las heladas laderas del Cotopaxi, hasta aparecer el 16 de mayo en el hermoso valle de los Chillos. Ese mismo día, al descubrir la estrategia de Sucre, los españoles se replegaron y entraron en Quito, ocupando las principales calles del sur de la ciudad.

Las piezas se movían como en el tablero de un ajedrez bélico, en el que vencería el más astuto.

En la noche del 23 de mayo de 1822, protegido por las sombras, el ejército de Sucre -integrado por 2.971 hombres entre guayaquileños, cuencanos, argentinos, chilenos, colombianos y peruanos- empezó a escalar silenciosamente el volcán Pichincha, buscando la mejor ubicación para la batalla que sellaría la independencia de esta parte de América; a la vanguardia, el Gral. Córdova avanzaba con el “Magdalena” mientras que el “Albión” se encargaba de proteger la retaguardia, y custodiar y distribuir el parque.



Atrás quedaban la Revolución del 9 de Octubre de 1820, y todas las luchas y los sacrificios que durante diez y ocho meses los guayaquileños -ennoblecidos por la sangre derramada en los campos de Camino Real, Tanizagua, Cone, Huachi y Riobamba- habían librado y sufrido por la libertad de Quito.

Al amanecer del 24 de mayo, en las faldas del Pichincha y teniendo como premio la libertad, la ciudad y el pueblo de Quito fueron emocionados testigos del momento más gloriosos de su historia.

A las nueve y media de la mañana se iniciaron los primeros disparos. “Desde el comienzo del combate, el Yaguachi y su comandante el Coronel Antonio Morales, en denodada lucha, agotaron los cartuchos y los reemplazaron con la bayoneta. Tremolaba el azul y blanco de la bandera conducida por el joven teniente Abdón Calderón. Estas unidades sostuvieron lo más recio del combate hasta la llegada de Mires con el resto de la infantería” (Dr. M. A. Peña Astudillo.- 200 Años y una Vida, p. 220).

La batalla fue, sangrienta y feroz, pues las fuerzas realistas estaban conscientes de que su derrota significaría el fin del dominio español en esta parte del continente.

Sucre -aprovechando las condiciones ventajosas que le ofrecía el terreno donde se combatía- organizó sus fuerzas para que arribaran en oleadas sucesivamente. Cuando los Cazadores de Paya y el Batallón Trujillo, conducidos por su jefe Santa Cruz, luego de valerosa acción agotaron sus municiones, fueron relevados por otros dos batallones que a las órdenes del general Mires y del coronel Morales hicieron retroceder a los realistas hasta que también acabaron con sus municiones.

Volvieron entonces a la carga el “Paya” y el “Albión”, reforzados ésta vez por el coronel Córdova que venía a la cabeza de dos compañías del “Magdalena”. En el fragor de la lucha, los hombres del batallón Yaguachi demostraron una bravura que rayó en el heroísmo y que obligó a los españoles a emprender la retirada. Finalmente, el comandante Cestaris acabó con la caballería realista, comandada por el Crnel. Tolrá y conformada por 400 valerosos y buenos jinetes.

A al caer la tarde, viendo que ya los españoles no podían continuar luchando, Sucre se acercó a la ciudad y por medio de O’Leary intimó a la rendición de Aymerich, quien comprendiendo que ya no podría resistir el empuje de los patriotas, aceptó la honrosa capitulación que Sucre le ofreció, la que fue convenida y ratificada al día siguiente, estipulándose en ella la entrega de la ciudad y del fuerte del Panecillo, con todo lo demás que existía en el territorio de Quito, incluyendo el de Pasto, gracias a lo cual Bolívar pudo consolidar la independencia de Colombia.

Las tropas debían rendir las armas con los honores de la guerra, conservando los jefes y oficiales sus espadas, caballos y equipajes.

Héroe de esta jornada fue el Tnte. Abdón Calderón, del batallón Yaguachi -integrado casi en su totalidad por soldados guayaquileños, y al que Sucre cambió su nombre por Vargas, posiblemente con la intensión de borrar la presencia guayaquileña en las luchas por la independencia-, quien a pesar de haber sufrido varias heridas no abandonó el campo de batalla, y manteniendo en alto la gloriosa bandera de celeste y blanco permaneció en él hasta que los españoles fueron derrotados.

Ese día, cauteloso -porque no sabía cual iba a ser la reacción de los quiteños-, Sucre prefirió no entrar en la ciudad, y esperó hasta el día siguiente para, después de que fue firmada la capitulación, ocuparla victoriosamente.

En el Parte de la Batalla del Pichincha, el Gral. Sucre dice: “Los resultados de la jornada de Pichincha han sido la ocupación de la ciudad y sus fuertes el 25 por la tarde, la posesión y tranquilidad de todo el departamento y la toma de 1.100 prisioneros de tropa, 160 oficiales, 14 piezas de artillería, 1.700 fusiles, fornituras, cornetas, banderas, cajas de guerra y cuantos elementos de guerra poseía el ejército español.

Cuatrocientos cadáveres enemigos y doscientos nuestros han regado el campo de batalla… además tenemos 190 heridos de los españoles y 140 de los nuestros… Los cuerpos de todos han cumplido su deber: jefes y oficiales y tropas se disputaban la gloria del triunfo. El Boletín que dará el Estado Mayor recomendará a los jefes y subalternos que se han distinguido, y yo cumpliré con el deber de ponerlos en consideración del Gobierno.



lunes, 25 de abril de 2016

MANUEL FERRAZ DE CAMPOS SALLES

MANUEL FERRAZ DE CAMPOS SALLES
MANUEL FERRAZ DE CAMPOS SALLES

La calle CAMPOS SALLES debe su nombre a Manuel Ferraz de Campos Sales (Campinas, São Paulo (Brasil); 15 de febrero de 1841 – † Santos, id. (id.); 28 de junio de 1913), político brasileño, presidente de Brasil entre 1898 y 1902, mas concretamente a que éste fue el primer presidente brasileño en visitar Argentina.

Bachiller en derecho por la Facultad de Derecho de São Paulo, Campos Sales ingresó, y enseguida formarse en el Partido Liberal. A continuación, participó de la creación del Partido Republicano Paulista (PRP), en 1873.
Los republicanos aprovecharon la gran irritación nacional, especialmente entre los sectores militares del país, contra la monarquía, para proclamar, el 15 de noviembre de 1889, la República de Brasil. La proclamación de la República fue el resultado de la acción concertada por tres grupos: los militares, los propietarios de plantaciones de la zona oeste de Sâo Paulo y una gran parte de las clases medias urbanas, entre las que se encontraba Campos Sales.
Bajo la presidencia del general Deodoro da Fonseca (1889-1891), Campos Sales fue nombrado Ministro de Justicia, cargo desde el que llevó a cabo una serie de reformas sociales como la naturalización general de los inmigrantes, ley conocida con el nombre de Gran Naturalización, la obligatoriedad del matrimonio civil, la separación entre la Iglesia y el Estado y la elaboración de un nuevo Código Civil.
En las elecciones generales del año 1891, que dieron la victoria al general Floriano Peixoto (1891-1894), Campos Sales fue elegido senador por Sâo Paulo. Participó de una forma decisiva en la asamblea encargada de elaborar la Constitución de la Primera República de Brasil.
Con la llegada a la presidencia del primer presidente civil de la República, el paulista Prudente de Moráis (1894-1898), Campos Sales fue nombrado gobernador del estado de Sâo Paulo, puesto desde el que preparó su ascenso a la presidencia, en el año 1898.
En ese año fue elegido Presidente constitucional de la república, sustituyendo a Prudente de Morais; lo acompañó como vicepresidente Francisco de Assis Rosa e Silva.

En la economía, Campos Sales decidió que la resolución del problema de la deuda externa era el primer paso a ser tomado. En Londres, el presidente y los ingleses establecieron un acuerdo, conocido como "funding-loan". Con ese acuerdo, se suspendió por 3 años el pago de los intereses de la deuda; se suspendió por 13 años el pago de la deuda externa existente; el valor de los intereses y de las prestaciones no pagas se sumarían a la ya existente; la deuda comenzaría a ser pagada en 1911, con el plazo de 63 años con intereses del 5% anual; las rentas de la aduana de Río de Janeiro y Santos quedarían hipotecadas a los banqueros ingleses, como garantía. Entonces, libre del pago de las prestaciones, Campos Sales pudo llevar adelante su política de "saneamento" económico. Combatió la inflación, no emitiendo más dinero y retirando una parte de circulación. Después combatió los déficits presupuestarios, reduciendo el gasto y aumentando el ingreso.
Joaquim Murtinho, Ministro de Hacienda, cortó el presupuesto del gobierno federal, elevó todos los impuestos existentes y creó otros. Finalmente, se dedicó a la valorización de la moneda, elevando el cambio de una tasa de 48 mil-reales por libra a 14 mil-reales por libra.
Un ministro de su gabinete que merece destacarse fue Olinto de Magalhães, a cargo de Relaciones Exteriores.

MANUEL FERRAZ DE CAMPOS SALLES
En 1899, el presidente de la Argentina Julio Roca, visitó Rio de Janeiro, y, en 1900, Campos Sales retribuyó su visita, siendo recibido por un mucho público, cerca de un cuarto de la población porteña, en Buenos Aires (300.000 personas de un total de 1,2 millón de habitantes de esa capital argentina). Campos Salles fue el primer presidente brasileño en viajar al exterior.
Campos Sales gobernó hasta el 15 de noviembre de 1902, y logró hacer que su sucesor, elegido el 1 de marzo de 1902, el Consejero Rodrigues Alves, paulista, fuese el presidente de la república, y como vicepresidente, el mineiro Silviano Brandão, que falleció, siendo sustituido por otro mineiro, el Consejero Afonso Pena.

Luego del mandato presidencial, fue senador por São Paulo, y diplomático en la Argentina, donde trabajó con Julio Roca que también era diplomático y del cual se hiciera amigo cuando ambos fueran presidentes. Durante las articulaciones (demárches) para la elecciión presidencial de 1914, su nombre llegó a ser nombrado para esa presidencia de la república, pero falleció repentinamente, en 1913, cuando pasaba por dificultades financieras.
Tras el mandato presidencial, fue senador por el estado de São Paulo y diplomático en Argentina.

Falleció cuatro años más tarde en Santos.

Bibliografía
• BETHELL, Leslie: Historia de América Latina: América del Sur (1870-1930). (Barcelona: Crítica, 1992).
• OSORIO MACHADO, Lía: Brasil. (Madrid: Anaya, 1989).


viernes, 5 de febrero de 2016

EUSEBIO VALDENEGRO

EUSEBIO VALDENEGRO

EUSEBIO VALDENEGRO

Eusebio Valdenegro y Leal, nació en Montevideo en 1783. Murió en Baltimore en 1818, militar rioplatense, que combatió en la guerra de independencia y en las guerras civiles argentinas.

Era un estanciero de prestigio, que se enroló en el ejército independentista de la Banda Oriental a órdenes de José Artigas a principios de 1811. Combatió en las batallas de Las Piedras y Cerrito, y participó en el sitio de Montevideo (1811).

Acompañó a Artigas en el éxodo oriental, pero más tarde – seducido por las ofertas de Manuel de Sarratea – se incorporó al ejército de José Rondeau.

A fines de 1812 fue nombrado teniente de gobernador de la provincia de Corrientes, hasta que fue reemplazado por Elías Galván a fines de ese año. Para la fecha en que se retiró, el federalismo estaba haciendo grandes avances en esa provincia.

Fue destinado a hacer la guerra contra los federales en Entre Ríos, ya con el grado de teniente coronel. Volvió a ser nombrado gobernador de Corrientes en noviembre de 1814, con la misión de ayudar al caudillo local Genaro Perugorría a defenderse de los jefes artiguistas. Pero Perugorría no recibió fuerzas militares y fue rápidamente vencido, por lo que Valdenegro nunca llegó a Corrientes.

En 1814 asistió a la caída de Montevideo en manos patriotas, y luchó contra los federales de Artigas en la Banda Oriental. A pesar de obtener las victorias de "Rincón" y de "Pos Pos", fue obligado a retirarse a Entre Ríos por la superioridad numérica de su enemigo. Allí venció a Blas Basualdo. Posteriormente dirigió una de las cuatro columnas enviadas simultáneamente a controlar las cercanías del río Uruguay y regresó a la Banda Oriental. Como los artiguistas seguían avanzando, el coronel Manuel Dorrego pidió al gobernador de Entre Ríos, Juan José Viamonte, que le mandara a Valdenegro y sus tropas en su ayuda. Pero Viamonte se negó, debido a que los federales avanzaban también en Entre Ríos. Poco después, Dorrego fue derrotado en la batalla de Guayabos, lo que causó la evacuación completa de la Banda Oriental y de Entre Ríos por las fuerzas del Directorio. El 16 de enero de 1815 Valdenegro reemplazó brevemente a Viamonte como gobernador de Entre Ríos.

El Director Supremo Alvear lo nombró comandante de armas de la ciudad de Buenos Aires. Al estallar el motín de Fontezuelas, se unió al general Soler para obtener la renuncia de Alvear. Participó también en la guerra contra los federales de la provincia de Santa Fe en 1816.

De regreso a Buenos Aires, se sumó al "partido popular" dirigido por Soler, Dorrego y Agrelo. Exigieron a Pueyrredón medidas contra la invasión portuguesa a la Banda Oriental, personalmente y por medio de publicaciones en la prensa. A pesar de la deportación de Dorrego, siguieron exigiendo medidas y reclamando la formación de un gobierno provincial autónomo para la provincia de Buenos Aires.

A mediados de 1817, también Valdenegro, Manuel Moreno, Agrelo, Feliciano Chiclana, Domingo French y Manuel Pagola fueron desterrados. Tras un viaje accidentado, lograron llegar a los Estados Unidos, donde se unieron a Dorrego en Baltimore.

Eusebio Valdenegro murió en Baltimore en 1818; se dijo que murió en un duelo, pero también – y generalmente se estima como más probable – que murió por una herida al caer de un caballo en invierno.


lunes, 18 de enero de 2016

JOSÉ ANTONIO BAZURCO Y HERRERA

JOSÉ ANTONIO BAZURCO Y HERRERA




José Antonio Bazurco y Herrera fue el décimo obispo de Buenos Aires (1760-1761).

Nació en Buenos Aires el 2 de junio de 1705, hijo de Francisco de Bazurco y de Juana de Herrera Hurtado. Pertenecía a una de las familias fundadoras de la ciudad. Estudió desde muy joven en la Universidad de Chuquisaca, donde se doctoró en teología y derecho.

En Lima se ordenó sacerdote.

Se desempeñó como provisor del obispado y luego ocupó el curato de Arche. Luego de pasar por España fue nombrado canónigo tesorero de la catedral de Arequipa.
En esta ciudad fue consagrado el 2 de mayo de 1759.

Fue nombrado obispo del Río de la Plata por el papa Benedicto XIV el 23 de mayo de 1757 para suceder al doctor Cayetano Marcellano y Agramont.
Por hallarse enfermo demoró su viaje llegando a Buenos Aires a fines de febrero de 1760, y tomando posesión de su cargo el 10 de marzo.

Como obispo impulsó la construcción del Seminario, ubicado frente a la Plaza Mayor y cerca de la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, donde hoy se encuentra la jefatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del templo de Santo Domingo, hoy lugar de descanso de los restos del General Manuel Belgrano.

Donó a la Catedral la casa que se encontraba al fondo del templo, pertenencia de su hermana, María Josefa Basurco, tasado en 7.500 pesos, que pagó de su peculio personal, con el fin de extender la nave central y llegar a 110 varas de largo en lugar de las 70 previstas por Juan de Garay.

Bazurco seguía enfermo al llegar a Buenos Aires y no se recuperó, falleciendo en su ciudad natal el 5 de febrero de 1761.

Entre sus disposiciones testamentarias pedía que sus restos no fueran embalsamados, lo que fue respetado por el Cabildo eclesiástico. Fue sepultado en la capilla de Nuestra Señora del Carmen.
El canónigo Arcediano Miguel José de Riglos se hizo cargo provisoriamente de la diócesis hasta la llegada de Monseñor Manuel Antonio de la Torre en noviembre de 1765.
Una calle de la ciudad de Buenos Aires lleva su nombre en homenaje a su labor.

Bibliografía

Buenos Aires: Historia de las calles y sus nombres. Vicente Osvaldo Cutolo. Editorial Elche. Buenos Aires, 1994. Vol I y II. ISBN 950-99212-03.


miércoles, 25 de noviembre de 2015

ACOYTE: COMBATE DE ACOYTE

COMBATE DE ACOYTE
  
COMBATE DE ACOYTE BONIFACIO RUIZ DE LOS LLANOS


El Combate de Acoyte, ocurrido el 11 de febrero de 1818, fue un enfrentamiento en el marco de la guerra gaucha, en el que 20 gauchos comandados por Bonifacio Ruiz de los Llanos, y pertenecientes a las fuerzas del general Martín Güemes, derrotaron a una columna de 200 hombres del ejército realista español del general Olañeta.
El suceso tuvo lugar cerca del pequeño pueblo de Acoyte, en el extremo noroeste de la Provincia de Salta.
El coronel Bonifacio Ruiz de los Llanos, a partir de 1815 revistaba en las partidas gauchas del entonces coronel Güemes, y fue ascendido a teniente 1º, a la vez que fue designado Segundo Jefe del Escuadrón Gauchos del Valle de Cachi. Poco después, debido a su intrepidez, fue trasladado al comando de los Infernales con el grado de capitán, a cuyo frente participó de las acciones de 1817 contra José de La Serna. Un año después habría de encontrarse en el triunfo de Acoytecon el que se hizo acreedor del título de “intrépido” y el ascenso al grado de teniente coronel.

En Buenos Aires, existe la Estación Acoyte, ubicada sobre una de las principales avenidas de la ciudad, la Av. Rivadavia, en la intersección con la Av. Acoyte, en el barrio de Caballito. También existe la calle Acoyte en el barrio Alto General Paz de la Ciudad de Córdoba.

EMMA DE LA BARRA (César Duayen)

EMMA DE LA BARRA (César Duayen)

emma de la barra

Emma de la Barra (n. en Rosario en 18601 ó 18612 - f. el 5 de abril de 1947), conocida por el seudónimo César Duayen, usado en su obra literaria, fue una escritora argentina.
Nacida en una familia acomodada, su padre fue Federico de la Barra, periodista, fundador de La Confederación, primer periódico rosarino y político, en ese entonces senador por Santa Fe y su madre la dama de sociedad cordobesa Emilda González Funes.
Siendo adolescente, comienza a asistir a reuniones literarias y a mitines obreros. Poco tiempo después, se casa en un matrimonio por conveniencia, acordado por su familia, con su tío Juan de la Barra (hermano de su padre) quien la doblaba en edad.
Se muda con él a Buenos Aires, donde Emma continúa desarrollando el talento musical y la pintura y realizando actividades de índole social y cultural, consentida por su esposo. Entre otras, fundó la Sociedad Musical Santa Cecilia, la primera escuela profesional de mujeres; y la Cruz Roja, junto a Elisa Funes de Juárez Celman. También hizo labores de traducción, por ejemplo con la obra Novia de abril, de Guy de Chantepleure.
Queda viuda. Tiempo después comienza a tomar forma su obra más conocida, la novela Stella, que relata en cierta forma parte de su vida. Stella es una jovencita que se casa con un hombre mayor y acaudalado. Según relató en un reportaje, la novela fue escrita en pocas semanas, y decidió escribirla con seudónimo masculino porque en ese momento una mujer escritora estaba mal visto socialmente.
Conoce a Julio Llanos, periodista del diario La Nación que se había encargado de los trámites para la edición de Stella, y con quien más tarde contraería matrimonio. Ya para ese momento, Stella era un éxito de ventas. Salían sucesivas ediciones, con prólogo del famoso escritor Edmundo de Amicis. La obra es traducida al italiano en 1908,y prologada por D'Amicis. Julio Llanos organiza un concurso que premiará a quien devele quien es César Duayen. El periodista de El Diario, Manuel Láinez, responde a esta incógnita: "Corresponde a una bellísima dama, la señora Emma de la Barra".
Emma de la Barra escribe, utilizando el mismo seudónimo, las novelas Mecha Iturbe (1906), y El manantial (1908). Por Mecha Iturbe recibe un adelanto de 5000 pesos por 6000 ejemplares, hecho inédito en la literatura argentina. El manantial es editado como libro de lectura. También realiza colaboraciones en diversos medios gráficos como la revista Caras y Caretas y El Hogar, además de adaptaciones de sus novelas para el cine.
En 1915 se encontraba en Europa junto a su marido, quien escribía crónicas para el diario La Nación sobre la Primera Guerra Mundial. Emma escribió muchas de esas crónicas, adaptándose al género periodístico.
Fue celebrada como escritoras por diversos autores de la época, por ejemplo Gabriela Mistral, quien le dedica el poema La oración de la maestra (1925).
En 1943 se realiza la película basada en Stella, con dirección de Benito Perojo.
Además de su labor como escritora, Emma fue mujer de empresa e invirtió parte de su fortuna en un proyecto de un barrio obrero en la localidad de Tolosa, que sería conocido como "Barrio de las Mil Casas", próxima a la ciudad de La Plata, que aún no había sido construida. Este proyecto se estancó y fracasó.
Obra
• 1905 - Stella
• 1906 - Mecha Iturbe
• 1908 - El manantial
• 1917 - Cartas materiales
• 1933 - Eleonora
• 1943 - La dicha de Malena


Fuente: Wikipedia

ALEXANDRE DUMAS (Alejandro Dumas padre)

ALEXANDRE DUMAS (Alejandro Dumas padre)

DUMAS PADRE


(Villers-Cotterêts, Francia, 1802 - Puys, id., 1870) Novelista francés. Hijo de un general del ejército francés que dejó a su familia prácticamente en la ruina al morir, en 1806, Alexandre Dumas tuvo que abandonar pronto sus estudios. Llegó a París en 1823, tras una primera experiencia como pasante de abogado, lleno de ambiciones literarias. Gracias a su puesto de escribiente para el duque de Orléans, que obtuvo por recomendación del general Foy, consiguió completar su formación de manera autodidacta.
Desde 1825, editó poemas y relatos largos, y representó vodeviles en teatros de variedades, pero el verdadero inicio de su carrera como dramaturgo se produjo en 1829, con Enrique III y su corte, primera manifestación de la nueva generación literaria romántica, anticipándose un año al Hernani, de Victor Hugo. Antony, en 1831, marcó los principios de una etapa de creación infatigable de dramas, tragedias y melodramas, casi todos de exaltación de la historia nacional de Francia.
Gran admirador de Walter Scott, a partir de 1832 escribió también novelas históricas, aprovechando el auge del género propiciado por su publicación por entregas en los periódicos. A pesar del poco éxito de sus primeras novelas, la aparición de Los tres mosqueteros, en 1844, significó su salto a la fama. Las sumas ingentes de dinero que se le ofrecían, dada la creciente demanda de sus novelas por parte del público, motivaron una verdadera explosión en la producción de Dumas. Trabajando incontables horas al día, y con la ayuda de varios colaboradores, entre los que destacó el historiador Auguste Maquet, con quien trabajó de 1839 a 1851, llegó a producir ochenta novelas, de desigual calidad. La mayoría de ellas pertenecen al género histórico o al de aventuras, en el que destaca sin duda El conde de Montecristo.
La escasa profundidad psicológica de los personajes se ve ampliamente compensada por una exuberante inventiva a la hora de crear las intrigas, y por el perfecto dominio de los diálogos, siempre ágiles y vivaces. Sin duda, éste fue el motivo de que sus obras fueran frecuentemente trasladadas al teatro. Con este fin fundó en 1847 el Théâtre Historique, en París, empresa que cuatro años más tarde quebró a causa de las deudas contraídas, a pesar del éxito obtenido.
La vitalidad enorme de Dumas le llevó a probar todos los géneros de la literatura y, si bien es cierto que sus ensayos históricos no tuvieron mucha relevancia, la serie de sus Impresiones de viaje (1835-1859), en cambio, lo convirtió en el primer maestro del gran reportaje. Realizó una breve incursión en el universo político; fue nombrado capitán de la Guardia Nacional parisina, pero se enemistó con Luis Felipe, y, tras un estrepitoso escándalo en las Tullerías, rechazó el nuevo régimen y volvió a la literatura. Tras dos fracasos electorales sucesivos, en marzo y junio de 1848, en 1851, huyendo más de sus acreedores que de Luis Napoleón, se exilió en Bélgica, donde redactó sus apasionantes y pintorescas memorias, y compuso nuevas novelas de aventuras.
Regresó a Francia en 1853 y fundó la revista satírica El mosquetero, que se transformó, en 1857, en El Monte-Cristo. Ante la continua censura de Napoleón III, abandonó de nuevo Francia y se sumó a la expedición de Garibaldi en Sicilia, en 1860. Se encargó de comprar armas para el revolucionario italiano y se instaló, durante cuatro años, en Nápoles, donde Garibaldi lo nombró conservador del museo de la ciudad. Enemistado con el cardenal Francesco Zamparini, fue expulsado por los napolitanos, e impulsó en París nuevos intentos periodísticos, que abortaron al poco tiempo.

Arruinado, vivió los últimos años de su vida a costa de su hijo Alexandre Dumas, también escritor, y de su hija, Madame Petel. Pretendía haber escrito más de mil doscientas obras, y, aunque sin duda exageraba la cifra, dejó unos trescientos libros y numerosísimos artículos, que hicieron de él uno de los autores románticos más prolíficos y populares de Francia.

viernes, 30 de octubre de 2015

BASILIO CITTADINI

BASILIO CITTADINI



Basilio Cittadini (Brescia, Lombardía, Italia, 1846 - Buenos Aires, 1921) fue un importante periodista italiano, que se desempeñó tanto en Italia y Argentina, comoperiodista, redactor, editor y director de varios periódicos de envergadura. Actuó como secretario del Banco de Italia y Río de la Plata, y fue profesor de Literatura Clásica en el Colegio Nacional Buenos Aires. Fue presidente de la Asociación Dante Alighieri de Buenos Aires durante 11 años. El gobierno italiano lo condecoró con el título de “Gran Oficial”

Nació en Pilzone d'Iseo, Brescia, Lombardía, Italia, en 1846. Antes de llegar a la Argentina había tenido una importante actuación profesional como periodista en Italia, fundando en Brescia La Voce dei Giovani, y luego colaborando con laGazzetta di Brescia, siendo redactor en Florencia de La Riforma, y corresponsal parlamentario de Il Secolo de Milano. Profesaba ideas republicanas, igual que la mayoría de los periodistas italianos, aunque no era un sectario mazziniano.
Llegó a Buenos Aires en 1869 para hacerse cargo de la dirección de La Nazione Italiana, que dejó de publicarse por la epidemia de fiebre amarilla de 1870/1871. Durante ésta, integró una comisión popular de salud pública para socorrer las numerosas víctimas del flagelo, recibiendo una medalla de oro por su coraje y abnegación.
Terminada la epidemia, dirigió por algunos meses el periódico L’Italiano, y estuvo a cargo del periódico L’Operaio Italiano en 1872. También presidió ese año la comisión encargada de redactar las bases de la Sociedad Unione Operai Italiani, siendo su primer presidente en 1874. Habiendo sido designado y enviado por el gobierno de Nicolás Avellaneda como agente de inmigración a Europa, viajó a Italia desde donde envió familias alChaco argentino e incluso a Entre Ríos.
Luego de regresar a la Argentina en 1876, fundó el periódico La Patria, que a los pocos años se transformó en La Patria Italiana, para diferenciarse de La Patria Argentina de los hermanos Gutiérrez. Durante 1877/1878 participó del directorio de Il Maldicente, semanario de corte satírico.
En su diario desplegó un enorme talento periodístico aunque carecía de buenos colaboradores, logrando imponerse en el mercado gracias a impetuosas luchas contra otros periódicos: muchas veces las luchas verbales se matizaban con duelos de armas.
Una de sus campañas importantes fue la protesta contra la matanza de italianos perpetrada cerca de Lima durante la Guerra del Pacífico. Otra fue la campaña a favor de las escuelas italianas, sostenida contra Domingo Faustino Sarmiento, aunque la más riesgosa pero sumamente redituable a nivel tirada del periódico, fue la referida a los malos tratos inferidos durante la epidemia de cólera a los inmigrantes italianos en el Lazareto de Martín García, en 1885.
Fueron esas denuncias contra el gobierno y la polémica sostenida contra L’Operaio Italiano que lo defendía, lo que obligaría a batirse a duelo a los directores de ambos medios, saliendo ilesos ambos contrincantes.
Regresó a Italia, asumiendo la dirección del periódico La Provincia di Brescia, siendo luego vicedirector del Popolo Romano.
Mientras tanto en Argentina, la quiebra de La Patria Italiana obligó a fundar La Patria degli Italiani.
Regresa de Italia a la Argentina en 1896, haciendo resurgir el diario L’Italiano. En 1902, los periódicos L’Italiano y L’Italia al Plata se fusionan con La Patria degli Italiani bajo este último nombre, quedando la dirección en manos de Cittadini, quien le imprimirá un gran impulso, gracias a su experiencia y dotes periodísticas.
Bajo su dirección y como periódico republicano que era, La Patria degli Italiani apuntó a extender su audiencia más allá del arco de lectores de la pequeña y mediana burguesía bonaerense. De ahí la importante cobertura otorgada al prolongado movimiento huelguístico de chacareros arrendatarios conocido como ElGrito de Alcorta en 1912.
Justo al inicio del conflicto, Cittadini dejó la dirección del diario y viajó a Italia. Regresaría en 1916, continuando vinculado al periodismo hasta su fallecimiento en Buenos Aires, en 1921.
Su hijo Bruno Cittadini, fue un importante periodista deportivo, y otro de sus hijos, Tito Cittadini, fue un reconocido pintor argentino.

Bibliografía

Cuneo, Niccolo, Storia dell’emigrazione italiana in Argentina 1810-1870, Garzanti Ed., Milano, 1940.
Frigerio, José Oscar, Italianos en la Argentina. Los lombardos, Asociación Dante Alighieri de Buenos Aires, 1999. ISBN 950-9089-84-2
Grazia Doré, Un periódico italiano en Buenos Aires (1911-1913), en Fernando Devoto – Gianfausto Rosoli (comp.), “La inmigración italiana en la Argentina”, Ed. Biblos, Buenos Aires, 1985.
Petriella, Dionisio y Sosa Miatello, Sara, Diccionario Biográfico Italo-Argentino, Asociación Dante Alighieri de Buenos Aires, 1976.
Scardin, Francesco, Vita italiana nell’Argentina - Impressioni e note, dos volúmenes, Buenos Aires, 1899.
Sergi, Jorge F., Historia de los italianos en Argentina, Buenos Aires, 1940.
Sergi, Pantaleone, Patria di carta. Storia di un quotidiano coloniale e del giornalismo italiano in Argentina, Pellegrini, Cosenza (Italia) 2012.
Zuccarini, Emilio, Il lavoro degli italiani nella Repubblica Argentina, dal 1516 al 1910 – Studi, leggende e ricerche, La Patria degli Italiani, Buenos Aires, 1910.


GENARO BERÓN DE ASTRADA

GENARO BERÓN DE ASTRADA


Juan Genaro Berón de Astrada (Corrientes, 19 de septiembre de 1801 - Pago Largo, cerca de Curuzú Cuatiá, 31 de marzo de 1839) fue un político y militar argentino, que gobernó la provincia de Corrientes en oposición al régimen de Juan Manuel de Rosas. Murió al frente de las tropas correntinas en la batalla de Pago Largo.

Alumno de fray José de la Quintana, Berón de Astrada tomó de joven la carrera de las armas, ascendiendo rápidamente en el "Regimiento de Granaderos a Caballo" local. Organizó la guarnición de Curuzú Cuatiá y fue encargado de la vigilancia de la frontera este de su provincia.

Durante un corto tiempo residió en el Estado Oriental del Uruguay, donde combatió contra Manuel Oribe bajo las órdenes de Fructuoso Rivera; tras la derrota en la batalla de Carpintería regresó a Corrientes, donde fue ascendido a coronel.

Su estrecha relación con el ex-gobernador Pedro Ferré y sus dotes de mando le permitieron acceder al cargo de gobernador muy joven, en 1837, tras la muerte del gobernador federal Rafael León de Atienza. Su ministro de gobierno fue Pedro Díaz Colodrero.

Al año siguiente llevó a cabo la reforma de la Constitución provincial, dictada en 1821, y abrió los puertos al tráfico marítimo de cabotaje y transatlántico; éstas dos eran sus principales preocupaciones, y sus mayores puntos de conflicto con Buenos Aires, cuyo gobernador Juan Manuel de Rosas controlaba el país a través del control del puerto único y de la inexistencia de una Constitución Nacional.

Al producirse el bloqueo francés al Río de la Plata, intentó llegar a un entendimiento con la flota francesa a través del ministro santafesino Domingo Cullen, pero todo quedó en nada a la muerte del gobernador Estanislao López. Al iniciarse la persecución de Rosas contra Cullen, Berón de Astrada se alzó contra aquél, con la anuencia del congreso provincial, el 28 de diciembre de 1838.

Firmó un tratado de alianza con los emigrados unitarios de Montevideo y con el general Rivera. Éste forzó la renuncia al gobierno del general Oribe, mientras Berón organizaba un ejército provincial de unos 5.000 hombres, cerca de Curuzú Cuatiá, en el sur de la provincia.

Falto de oficiales experimentados — los únicos con los que contaba eran el general Manuel Olazábal y algunos tuvichás (caciques) guaraníes — enfrentó al gobernador entrerriano Pascual Echagüe en la batalla de Pago Largo. Este, que contó con la participación clave del entonces coronel Justo José de Urquiza, lo derrotó completamente en una cruenta batalla, en la que resultaron muertos varios oficiales y muchos cientos de soldados.

Al ver la derrota, Berón de Astrada huyó, pero fue alcanzado y muerto.

Una extendida historia, de incierta veracidad, asegura que un soldado de Urquiza — o quizá Urquiza mismo — sacó de su espalda una lonja de piel, con la que hizo hacer una manea.

Sus restos fueron trasladados a la Catedral Metropolitana de Corrientes.

Bibliografía
Castello, Antonio Emilio, Hombres y mujeres de Corrientes, Ed. Moglia, Corrientes, 2004. ISBN 987-1035-30-6
Cutolo, Vicente, Nuevo diccionario biográfico argentino, Ed. Elche, Bs. As., 1968-1985.
Castello, Antonio Emilio, Historia de Corrientes, Ed. Plus Ultra, Bs. As., 1991. ISBN 950-21-0619-9
Academia Nacional de la Historia, Partes de batalla de las guerras civiles, Bs. As., 1977.
Beverina, Juan, Las campañas de los ejércitos libertadores 1838-1852, Bs. As., 1923.
Ferré, Pedro, Memorias. Ed. Coni Hnos., Bs. As., 1921.
Ruiz Moreno, Isidoro J., Campañas militares argentinas, Tomo II, Ed. Emecé, Bs. As., 2006. ISBN 950-04-2794-X
Zinny, Antonio, Historia de los gobernadores de las Provincias Argentinas, Ed, Hyspamérica, 1987. ISBN 950-614-685-3

Saraví, Mario Guillermo, La suma del poder. Memorial de la Patria, tomo VII, Ed. La Bastilla, Bs. As., 1981.

BENJAMÍN LAVAISSE

BENJAMÍN LAVAISSE

Benjamín Juan Lavaisse o Lavaysse (Santiago del Estero, 1822 – provincia de Jujuy, 7 de enero de 1854), sacerdote y político argentino, miembro del Congreso que sancionó la Constitución Argentina de 1853.
Era hijo del general Jean Joseph D’Auxion, barón de La Vayesse, oficial francés del ejército de Napoleón Bonaparte, venido a las Provincias Unidas del Río de la Plata en 1817, enviado por el general chileno José Miguel Carrera. Solicitó su incorporación al ejército argentino, en el que fue dado de alta con el grado de Coronel Mayor y asignado al Ejército del Norte que comandaba Manuel Belgrano, quien le encomendó la dirección de la Academia Militar. Más tarde fue secretario de la legislatura de la provincia de Santiago del Estero (donde nació su hijo), y tras su paso por Chile, se suicidó en Tacna
Benjamín se ordenó sacerdote a los 25 años, y luego concluyó sus estudios, graduándose como doctor en teología y en derecho canónico en Buenos Aires. Desde su ordenamiento fue cura párroco de la Villa Tulumba, en el norte de Córdoba. Se dedicó a la política en la capital provincial, en favor del gobernador rosista "Quebracho" López. Después de su caída, a las pocas semanas de Caseros, se hizo firmemente partidario del general Urquiza. Sus vaivenes tal vez puedan explicarse en sus propias palabras: "Yo soy puramente gubernamental... no pertenezco a partido o persona alguno"
El gobernador santiagueño Manuel Taboada lo hizo elegir diputado al Congreso Constituyente de 1853. Participó en los debates, tratando de llamar la atención más de lo aconsejable (esto era lo que opinaban sus compañeros de tareas). Escribió muchas cartas a Taboada, en que retrató a los demás miembros del Congreso, declarando su antipatía contra muchos de ellos. En particular sentía un fuerte odio contra el presidente Facundo Zuviría, al que en sus cartas a Taboada califica de "viejo palangana, boliviano y apologista de sí mismo" e "hideputa salteño". Estas cartas4 sirvieron a los historiadores como crónica del Congreso.
Siendo diputado por Santiago, se unió al círculo liberal en el Congreso, votó todas las iniciativas de los liberales, incluidas la Constitución copiada de la de losEstados Unidos y la libertad de cultos. Con su oportuna palabra salvó en la Constitución la libertad de cultos, diciendo que, como diputado de un país de inmigración, consideraba necesaria esa libertad, reservándose, como sacerdote, el deber de predicar, fuera del congreso. Firmó el acta de la Constitución Argentina de 1853. A fines de 1853 fue enviado en misión oficial del Congreso a San Salvador de Jujuy, pero falleció en camino.
Una localidad de la provincia de San Luis, así como varias calles de distintas ciudades de la Argentina, como en Buenos Aires, San Miguel de Tucumán y en Santa Fe, llevan su nombre.

Bibliografía
 ZUVIRÍA, J.M., Los constituyentes de 1853, S.I.: Lajouane, 1889, p.106
 ROSA, J.M, "Nos, los representantes del pueblo, Buenos Aires: A. Peña Lillo Editor, 1975, p. 271 y ss.
 Ricardo Rojas, Historia de la Literatura Argentina, "Los Modernos", T. II, p. 189-193.