martes, 9 de junio de 2015

JOSÉ ILDEFONSO DE MACHAIN Mayor general y traidor al ejercito de Belgrano

JOSÉ ILDEFONSO DE MACHAIN 

Mayor general y traidor al ejercito de Belgrano




José Ildefonso de Machain nació en Asunción en 1778. Su padres fueron Juan de Machain Latiegui y Josefa Petrona Cálcena y Echeverría Aguiar. Estudió en el Real Colegio de San Carlos de Buenos Aires entre los años 1790 y 1794.
Siguió la carrera militar y para perfeccionarse partió a España. Allí se incorporó a la cuarta compañía de Compañía Española de Caballeros Americanos de la Guardia de Corps o españoles nacidos en América creada en 1792.
Intervino en el movimiento que ocasionó la caída y prisión de Manuel Godoy, en el Motín de Aranjuez y en su custodia en el castillo de Villaviciosa de Odón en Madrid.

Participó con su compañía en la Guerra de la Independencia Española contra las fuerzas invasoras de Napoleón Bonaparte, en la Batalla de Medina de Rioseco el 14 de julio de 1808 y en la campaña hasta la disolución del cuerpo en Logroño, pasando entonces al ejército del Centro.
Finalmente solicitó, alegando razones de salud, su licencia y traslado a Buenos Aires.
Cuando llegó a Buenos Aires se integró al cuerpo de Blandengues de la Frontera. El 10 de julio de 1810 solicitó permiso para "pasar al Paraguay á ver a su familia y arreglar sus intereses".
El 30 de julio, el coronel del regimiento de la Patria acompañó una propuesta de empleo de sargento mayor a su favor.

Fue el segundo de Manuel Belgrano, jefe de la expedición militar al Paraguay.

Si bien la mayoría de las ciudades del Virreinato del Río de la Plata adhirieron a la Junta de Buenos Aires, la provincia del Paraguay, por decisión del congreso del 24 de julio de 1810, decidió reconocer al Consejo de Regencia.

Tras el fracaso de la misión del coronel paraguayo José de Espínola y Peña la Junta tomó diversas medidas económicas y políticas contra la Provincia del Paraguay entre ellas el envío de una expedición militar que puso al mando de Manuel Belgrano.

Machain fue nombrado como su mayor general y comandante de la 1° división (bandera roja).

El 25 de diciembre de 1810, con fuerzas numéricamente inferiores pero mejor armadas y adiestradas, Belgrano inició el avance hacia la capital paraguaya.

El esperado apoyo de la población no se produjo pues siguiendo el plan estratégico del gobernador Velasco, éstas huían sin dejar recurso alguno a la fuerza invasora. A mediados del mes de enero ambos ejércitos se encontraron en Paraguarí, a 62 km de Asunción, donde Velasco concentró una fuerza de aproximadamente 5500 hombres. Tras infructuosos intentos de Belgrano por promover la causa se produjo la batalla de Paraguarí.

En la madrugada del 19 de enero Machain, al mando de más de 600 hombres y cuatro cañones inició la marcha de aproximación a las posiciones enemigas chocando al amanecer con fuerzas paraguayas que también avanzaban en sentido contrario. El ataque hizo retroceder a las fuerzas paraguayas que se dispersaron por los bosques linderos al arroyo Yukyrý. Machain ordenó entonces a Gregorio Perdriel que se mantuviera en la brecha abierta, y él continuó el avance.

Pero parte de sus fuerzas, a cargo de Ramón Espínola y Peña, se adelantaron y entraron a Paraguarí y casi lograron capturar al gobernador Velasco, que debió huir hacia lacordillera de los Altos. Al mismo que estas fuerzas eran cercadas por la caballería al mando de Cabañas, las tropas de Machain comenzaron a recibir un nutrido fuego de artillería y fusilaría desde los flancos y comenzaron a quedarse sin municiones, por lo que pidió ayuda a Belgrano, situado a 6 km del lugar.

Encontró a Belgrano, que acudía con municiones y un cañón. Este le ordenó detenerse y contraatacar para intentar salvar a los cercados. Pero Machain no pudo vencer la aparición de las fuerzas de caballería de Gamarra, que desde el oeste se sumaron a la batalla y estaban ocupando el arroyo Yukyry. Dado que los que estaban cercados en Paraguarí ya no combatían, y viendo el agotamiento de sus soldados, ordenó la retirada general.

Según Belgrano, que observó toda la batalla desde el cerro Mbaé, Machain y otros oficiales no solo no "llevaron a todo efecto" el segundo ataque, sino que se dejaron apoderar del miedo al oír al capitán de artillería José Ramón Elorga decir que una columna enemiga los iba a cortar, por lo que después de una reunión evaluativa con todos ellos, no tuvo otra opción que iniciar la retirada con todo su ejército hacia el río Tebicuary, la que no pararía hasta el río Tacuarí.

En el ataque a Paraguarí, las fuerzas que comandaba Machain tuvieron el 20 % de pérdida en hombres, el 50 % en artillería y gran cantidad de fusiles pasaron al parque enemigo que se incrementó en un 30 %.

El general José María Paz, en sus Memorias, calificó esta batalla como el "descalabro de Paraguarí".

Nuevamente tras la batalla de Tacuarí,  Belgrano descargó la responsabilidad del resultado en Machain:
[El enemigo] seguramente hubiera sido rechazado si el Mayor General [Machain] a quien mandé a contenerlo no se hubiera emboscado del modo más ridículo y puesto a las tropas que llevaba en disposición de ser tomadas.
Más adelante agregó:
He sido desgraciado en tener un Mayor General enteramente ignorante de la facultad y, no se si me atreva a decir, cobarde; y oficiales y soldados con la última calidad en abundancia [...]
Belgrano a la Junta, Candelaria, 15 de marzo de 1811 (Instituto Belgraniano Central, 1982, p. 511)
Se intentó justificar estos comentarios de Belgrano adjudicándolos a las circunstancias del momento, pero lo cierto es que en sus Memorias, escritas años después, siguió insistió en lo mismo, pese a que para entonces Machain ya había sido exonerado de culpa y cargo.
Así terminó la participación de José Ildefonso Machain en el ejército de la junta de Buenos Aires y su carrera como militar. Tenía entonces 33 años.

Gazeta de Buenos-Ayres, reconocimiento a Machain.
El 18 de marzo de 1811, Machain envió, por intermedio de Antonio Tomás Yegros, una carta a Belgrano donde le comunicaba, en su calidad de prisionero, que había recibido "buen trato, agasajo y cariño" de parte del teniente coronel Cabañas —a quien menciona con el grado de general— y demás oficiales paraguayos en función de la "unión y fraternidad que reinará en adelante entre las dos provincias (sic) instando a Belgrano hacer lo mismo para que se "verifiquen unas ideas tan satisfactorias". La respuesta de Belgrano fue que él haría "cuanto sacrificio este a mi alcance por la unión de la provincia del Paraguay a las demás del Río de la Plata" eludiendo así todo compromiso de un acuerdo entre Buenos Aires y Asunción que pudiera realizarse en un pie de igualdad entre las partes. Un mes después, Velasco autorizó al hermano de José Ildefonso, el capitán de Miñones Juan José de Machain, a visitar a su hermano en prisión. A partir de entonces fue engrillado.
En Pilar, José Ildefonso Machaín fue embarcado rumbo a Montevideo junto con los demás prisioneros que venían de Asunción. Allí estuvo detenido en la fragata Efigenia juntamente con los capitanes Ignacio Warnes, Saturnino Saraza y Francisco Castellanos. Un oficial de esa unidad le hizo saber del estado lamentable en que se encontraban los otros oficiales detenidos en la cárcel de Montevideo, por lo que juntamente con Warnes solicitaron hablar con el virrey Elío para que los enviaran a Buenos Aires para solicitar un canje de prisioneros. El virrey aceptó la solicitud, con la promesa de que en caso de fracaso volverían a Montevideo. El general Rondeau nombró a José Alberto Cálcena y Echeverría, tío de José Ildefonso Machain, para que ambos negociaran un acuerdo con el virrey; de esta manera los oficiales capturados en el Paraguay volvieron finalmente a Buenos Aires.

Vuelto Machain a Buenos Aires enfrentó un sumario por su actuación en la batalla de Tacuarí. Tras la investigación, y pese a los comentarios desfavorables y hasta injuriosos de Belgrano en sus oficios a la Junta, el 7 de enero de 1812, el Triunvirato lo declaró libre de culpa y "benemérito de la Patria y digno de todas las consideraciones del gobierno y sus ciudadanos", lo que fue publicado en la Gazeta de Buenos Ayres tres días después.

El día anterior a la publicación del resultado del sumario, solicitó y obtuvo licencia absoluta del servicio y permiso para regresar a Asunción.

Al poco tiempo de regresar a su ciudad natal, se casó con Francisca de Aguiar, parienta suya, con quien tuvo numerosos hijos: Agueda, Juan José, Juan Bautista, Gregorio, José Alberto, Carmen, Magdalena y Petrona de Machain y Aguiar.

La situación política en la capital paraguaya no le era favorable. Si bien durante el gobierno del doctor José Gaspar Rodríguez de Francia su familia, y especialmente su hermano el capitán Juan José de Machain Calcena, fueron acusados de conspirar contra el gobierno, José Ildefonso nunca fue molestado personalmente ni en sus negocios. En agosto de 1815 figuró como apoderado de Fernando de la Mora, vocal de la junta que había sido expulsado por traidor y borracho, en la quiebra del comerciante español José María Perina. Mora y Machain fueron los más prósperos fabricantes rurales en el valle de Tapúa, a 22 km de Asunción, localidad que después se conocería como Limpio.

 Muchos años después, comenta el general José María Paz, se seguía considerando en el Paraguay a Machain como el traidor que había venido junto con Belgrano.

 El 19 de agosto de 1857, como parte de la campaña de desprestigio contra el gobierno paraguayo de entonces en los periódicos de Buenos Aires, preparatoria de lo que sería después la Guerra de la Triple Alianza, Manuel Peña y José Serapio Machain, escondidos bajo el seudónimo de "un paraguayo", se quejaban de que nadie en el Paraguay reconocía a José Ildefonso Machain como "libertador" de su país por haber acompañado a Belgrano en su campaña militar.

El mayor general Machain vivió sus últimos años retraído en su hogar de Asunción dedicado a la lectura, falleciendo el 9 de enero de 1849.

Una calle de la ciudad de Buenos Aires, que corre entre las avenidas Congreso y General Paz, lleva su nombre desde 1893.




sábado, 6 de junio de 2015

FENIA CHERTKOFF Militante Socialista, Feminista, luchadora por los derechos de la mujer trabajadora, por la igualdad de los sexos, educadora y escultora.

FENIA CHERTKOFF Militante Socialista, Feminista, luchadora por los derechos de la mujer trabajadora, por la igualdad de los sexos, educadora y escultora.



Nació el 7 de octubre de 1869, en Odessa, a orillas del Mar Negro, Rusia.

Sus padres fueron Moisés Chertkoff y Rosa Demirov

Creció en un ambiente de agitación y rechazo contra el régimen zarista.

Su familia era parte de la elite ucraniana. Ello que le permitió estudiar en la Escuela de San Pablo y graduarse a los 18 años como maestra en la Escuela Normal de Odessa.

En la Escuela de las zarinas, estudió música, teatro y danza. La escuela se hizo famosa por ser donde posteriormente se organizaron los pogromos contra los judíos.

Fenia a los 18 años se inició en la militancia socialista clandestina, redactaba y distribuia panfletos en actos improvisados.

Su militancia la llevó a conocer al poeta-ingeniero revolucionario Gabriel Gucovsky, que fue encarcelado y deportado a Siberia, donde éste enfermo de tuberculosis. Se casó con él, y se trasladaron a Italia.  Allí nació su hija Victoria.

Su marido al poco tiempo falleció y Fenia viajó a la Argentina junto a sus hermanas Adela y Mariana,  instalándose en la Colonia Clara, donde la mayoría de los habitantes eran judíos ortodoxos, ubicada en Entre Ríos.

Allí se dedicó a la docencia y fue traductora. Fundó la biblioteca del lugar.

Se relacionó con directores de revistas extranjeras, a través de ellos fue invitada a la universidad de Lausana, Suiza, donde se especializó en Pedagogía, Psicología para niños y maestra jardinera entre 1897 y 1898, siguiendo el método educativo frobeliano, para posteriormente finalizar sus estudios en Francia, en la Universidad de La Sorbona, un año después. Durante esa época, mantuvo un intercambio de correos con la teórica marxista Rosa Luxemburgo.

Las hermanas Chertkoff obtuvieron la ciudadanía argentina y se instalaron en Buenos Aires, en la casa de Enrique Dickmann, primer afiliado al Partido Socialista. Con quien Adela se casó. Mariana se relacionó con Juan B. Justo y Fenia se unió con Nicolás Repetto.

Los unió la militancia, la búsqueda del progreso y el partido Socialista.

El 19 de abril de 1920 fundaron las tres hermanas junto a Raquel Mesina y Gabriela Laperriére de Coni el Centro Socialista Femenino y la Unión Gremial Femenina.

Fenia dijo en la oportunidad: “El Centro Femenino es la única agrupación donde las mujeres, sin prejuicio de ninguna clase y con un programa claro y definido, llenan su existencia no solamente con las tareas del hogar y del trabajo sino que amplían sus horizontes con la obra fecunda pro la emancipación económica, política y social de la clase proletaria y, por consiguiente, de la misma mujer”.
Trabajó con sus hermanas con mucho dinamismo, imprimían folletos, visitaban fábricas, organizaron mítines, escribieron notas, impulsaron proyectos de ley por ejemplo que reglamentaran el trabajo de la mujer y los niños.

Ello llevó a Fenia Chertkoff a participar activamente de las primeras huelgas obreras. Colaboró además en la organización de las trabajadoras telefónicas, textiles, del comercio y de las fábricas de alpargatas, entre otros gremios.

Con esas luchas, contribuyó a la sanción de las leyes de descanso dominical para trabajadoras sombrereras, y la “ley de la silla”, denunciando la explotación laboral de los menores de ambos sexos en industrias como la fosforera o la tabacalera, las pésimas condiciones de salubridad de las instalaciones fabriles y las jornadas sin límites de día ni horarios.

En 1903 participó como delegada al congreso del partido Socialista donde llevó como propuestas para el programa las reivindicaciones tales como: la igualdad civil para ambos sexos, igualdad para hijos legítimos e ilegítimos, ley de divorcio e investigación de la paternidad.

Hizo la campaña por el Hogar de los canillitas.

También se dedicó a tocar el piano, a la pintura y a la escultura, obras que fueron expuestas en la Casa del Pueblo, tradujo cuentos infantiles.

Impulso la creación de la Asociación de Bibliotecas y Recreos Infantiles que funcionaron en lo locales partidarios. Tuvieron como orientación sustraer a los niños de los barrios populosos de la ciudad de Buenos Aires de la calle y sus peligros físicos y morales, les ofrecieron una enseñanza mediante láminas, libros, juguetes, juegos racionales y ejercicios físicos, canto, paseos de estudio y labores manuales. Buscaron incentivar el amor al trabajo, a la lectura, el compañerismo, sin dogma y sin prejuicios.

Rápidamente los recreos se multiplicaron. Los niños fueron llevados a bibliotecas, museos, picnic, espectáculos, etc. Unas de las fuentes de fabricación fueron los juguetes.

Impulsó también la Biblioteca y Hogar de Vacaciones Carlos Spada.

La salud de su hija Victoria desmejoró por tuberculosis y se trasladaron a Córdoba. Allí también, fundó una biblioteca, organizó una escuela elemental, puso en marca una cooperativa y unas salas de primero auxilios.

 A raíz de la terrible represión que se produjo durante el sepelio de las víctimas de la Semana Trágica Fenia sufrió una secuela que no superaría, desde entonces abandonó la vida pública, y sólo se dedicó a las tareas artísticas.

Organizó un centro artístico en su casa.

Fenia falleció en la ciudad de Buenos Aires el 31 de mayo de 1927, antes de llegar a los 60 años de edad.

Su hija Victoria continuó su obra.

viernes, 5 de junio de 2015

EDUARDO KAUNITZ BARÓN DE HOLMBERG

EDUARDO KAUNITZ BARÓN DE HOLMBERG




Nacido Eduard Ladislaus Kaunitz von Holmberg en Austria (1778) había cursado sus estudios militares en Prusia entre 1794 y 1795. Sirvió durante las Guerras Napoleónicas en las tropas del ducado de Berg y posteriormente en las Guardias Valonas de España. Trabó entonces relación con José de San Martín, José Matías Zapiola y Carlos María de Alvear.

Hacia 1812 se trasladó al río de la Plata en la fragata inglesa George Canning, que repatriaba a los argentinos, atraído por la posibilidad de sumarse a la lucha por la independencia. Su llegada, el 9 de marzo, fue comentada en la Gazeta de Buenos Ayres unos días más tarde:

"A este puerto han llegado, entre otros particulares que conducía la fragata inglesa, el Teniente Coronel de Caballería José de San Martín, Primer Ayudante de Campo del General en Jefe del Ejército de la Isla, marqués de Coupigny; el Capitán de Infantería Francisco Vera; el Alférez de Navío José Zapiola; el Capitán de Milicias Francisco Chilavert; el Alférez de Carabineros Reales, Carlos Alvear y Balbastro; el Subteniente de Infantería Antonio Arellano y el Primer Teniente de Guardias Valonas Eduardo Kailitz, Barón de Holmberg. Estos individuos han venido a ofrecer sus servicios al gobierno y han sido recibidos con la consideración que merecen por los sentimientos que protestan en obsequio de los intereses de la Patria."

Aficionado a la botánica, traía en su equipaje numerosas colecciones de bulbos de plantas florales que eran desconocidas en la Argentina.

Inmediatamente, el 20 de marzo de 1812, se sumó al Ejército del Norte, con el grado de teniente coronel, comandando la artillería del general Manuel Belgrano. Trabó excelente relación con el patriota y participó en dos sucesivas victorias contra los realistas, asistiendo al mayor general Eustoquio Díaz Vélez en la Batalla de Las Piedras (1812) -el 3 de septiembre- y luego al propio Belgrano en la de batalla de Tucumán -el día 24 de ese mismo mes- pero las enemistades con otros oficiales hicieron que abandonara el Ejército del Norte después de esta última contienda.


El gobierno de la provincia de Buenos Aires le encomendó en 1821 la construcción de fuertes para tratar de contener el ataque de malones indios en el sur de la frontera.

En 1826 Holmberg luchó en la Guerra del Brasil bajo las órdenes de su antiguo compañero de armas, el general Alvear.

Falleció en Buenos Aires en 1853, poco después del nacimiento de su primer nieto, Eduardo Ladislao, quien sería posteriormente uno de los más grandes naturalistas argentinos.


Fuente: Cortesía de http://es.wikipedia.org/wiki/Eduardo_Kaunitz_de_Holmberg

miércoles, 3 de junio de 2015

JULIETA LANTERI La primera mujer que votó en la Argentina

JULIETA LANTERI La primera mujer que votó en la Argentina



Fue en 1911. Todavía no estaba permitido el voto femenino. Para la elección de legisladores de ese año, Buenos Aires convocó, como era usual, a la inscripción en los padrones. Podían hacerlo los ciudadanos mayores de 22 años, residentes en el municipio, con ingresos provenientes de comercio, industria o profesión liberal, y acreditaran pagar impuestos. Nada se establecía respecto al sexo. Se percató de ello, y Lanteri se inscribió en la parroquia de su domicilio, (Buenos Aires estaba dividida en parroquias en ese entonces), en la Parroquia San Juan Evangelista de La Boca, y el dia de las elecciones, el 26 de noviembre de 1911, sufragó. 

El presidente de mesa, Dr. Adolfo Saldías, afirmó cuando la saludaba: “me congratulo en ser el firmante del documento del primer sufragio de una mujer en el país y en Sudamérica”.
Al día siguiente la noticia salió en los principales diarios del País, La Nación y La Prensa entre ellos.
Obviamente, poco después, se sancionaba una norma prohibiendo el voto de las mujeres, justificando su sanción en que el empadronamiento era propio del enrolamiento en el registro para el servicio militar. Cuando lo intentó, no se le permitió enrolarse, aunque lo intentó hasta con el Ministro de Guerra.
Julia Magdalena Ángela Lanteri, más concretamente, Giulia Maddalena Angela Lanteri, nació en Briga Marittima, provincia de Cuneo, Italia, 22 de marzo de 1873. De muy chica emigró a la Argentina. Mediante permisos especiales fue la primera mujer en estudiar en el Colegio Nacional, luego se recibió de farmacéutica (1898), y siempre con autorizaciones especiales, en  1907 se recibe de mádica, siendo la 5º. en lograrlo.  Cecilia Grierson había sido la primera.
Junto a su amiga Raquel Camaña, Elvira Rawson de Dellepiane, Petrona Eyle, Sara Justo, Cecilia Grierson y Adelia Di Carlo funda el primer Centro Feminista, y es organizadora del Congreso Femenino Internacional de 1910.
Incansable, la Lanteri como la llamaban en la época, quiso presentarse en 1919 como candidata a diputada. No se homologó su candidatura. Disconforme, organizó una manifestación que juntó a más de cuatro mil personas, donde se hizo un simulacro de votación que la hizo famosa entre todas las sufragistas del mundo.
Por ello, Juan B. Justo la incluye en  1920 junto a Alicia Moreau de Justo en la lista del Partido Socialista Argentino.

Posteriormente funda el Partido Feminista Nacional y  se postula a diputada y senadora  en varias oportunidades. Hacia campaña con la consigna “En el Parlamento una banca me espera, llevadme a ella”.
El 23 de febrero de 1932, en confuso episodio,  la Dra. Lanteri es atropellada mientras caminaba por la Diagonal Norte, en pleno microcentro de Buenos Aires, por David Klapenbach. Este huyó de la escena del crimen. La cronista y escritora Adelia Di Carlo denunció que Klappenbach era miembro de la Liga Patriótica Argentina, un grupo paramilitar de extrema derecha, y que no se trató de una accidente como lo caratuló la Policia, sino que fue un "accidente de un vehículo marcha atrás", un eufemismo para denunciarlo como asesinato.
Su funeral congregó a millares de personas que acompañaron el cortejo hasta su morada final.

Su lucha no quedó trunca. Diversas mujeres la continuaron hasta que Evita (María Eva Duarte de Perón) la toma, y pese a su predicamento, tuvo que rodear el parlamento con mujeres y adictos, afirmando que no se moverían de allí hasta que no fuera sancionada la ley que otorgaba el voto a las mujeres. Así, en 1947 es sancionada la Ley 13.010, que permitió a las mujeres acceder a las urnas, participando políticamente en el sistema democrático argentino.







jueves, 28 de mayo de 2015

FELICIANO ANTONIO CHICLANA

FELICIANO ANTONIO CHICLANA




Abogado, militar, y jurisconsulto argentino, nació en Buenos Aires, 9 de junio de 1761, hijo de don Diego y de Margarita Giménez de Paz. Estudió en el Colegio de San Carlos. En 1783 se graduó de abogado en la Universidad de Chile.
Volvió a Buenos Aires y en 1791 pasó a ser secretario del alcalde de primer voto del Cabildo de Buenos Aires. 
En 1810, participó en el planeamiento de la Revolución de Mayo siendo asesor legal del Cabildo. Formó parte del grupo moderado que quería que el cabildo asumiera el gobierno hasta poder restituírselo a la Corona española. En el cabildo abierto del 22 de mayo votó por el cese del Virrey. 
Durante las invasiones inglesas se incorporó como servicial desempeñándose con valentía por lo que fue premiado con el nombramiento de capitán de la 5ta. Compañía de Voluntarios de Infantería, Patricios de Buenos Aires bajo el mando de Cornelio Saavedra.
La Primera Junta lo nombró auditor del Ejército Auxiliar del Perú y le otorgó el grado de coronel. 
En agosto de 1810 fue nombrado gobernador intendente de Salta, jurisdicción que entonces abarcaba también Jujuy. Aquí cabe consignar que desde 1809 constantemente denunciaba un grupo de jóvenes intelectuales al virrey Cisneros una supuesta mala gestión por parte del gobernador de Salta Nicolás Severo de Isasmendi. "Fueron precisamente estos abogados -dice Miguel Solá- los que en 1810 precipitaron el pronunciamiento de Salta por la causa de la Revolución". 
Como primera medida del gobernador Feliciano Antonio Chiclana fue la de poner en libertad a los capitulares que se encontraban detenidos en el Cabildo; la destitución de Isasmendi como representante del Rey y de su detención para ser remitido a Buenos Aires para su juzgamiento. 
Además dio cumplimiento a lo dispuesto por la Superioridad de confinar a Don Tomás Sánchez y a D. Isidro Matorras- escribano del Cabildo- que dejasen la jurisdicción de Salta, en San Luis hasta nueva orden; como así, cortar en Salta la retirada de los realistas fugitivos de Córdoba, El gobierno de Chiclana fue breve, el 3 de noviembre de 1810, la Junta gubernativa lo nombra gobernador intendente interino de Potosí. En reemplazo de Chiclana, la junta había nombrado al marqués del Valle de Tojo; pero el nombramiento se dejó sin efecto, siendo el sustituto, también en carácter interino don Tomás de Allende, quien tomó posesión el 24 de diciembre de 1810.
En noviembre de 1810 recibió órdenes de Buenos Aires de dejar ese cargo para ocupar el de gobernador de Potosí. Dispuso que Salta nombrara su diputado ante el gobierno de las Provincias Unidas, cargo en el que fue elegido el doctor Francisco de Gurruchaga.
Al volver a Buenos Aires, integró el Primer Triunvirato, junto a Juan José Paso y Manuel de Sarratea en 1811. Donde por ejemplo sancionaron el decreto sobre la libertad de imprenta, en Buenos Aires el 26 de octubre de 1811. Ejerció como triunviro hasta el 8 de octubre de 1812, en que fue derrocado.
El 18 de febrero de 1812 el poder constituido por el Triunvirato, hizo saber al Jefe del Ejército Mayor estas palabras: "el gobierno ha resuelto que se reconozca y se use por las tropas la Escarapela Nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, que deberá componerse de dos colores, blanco y azul celeste, quedando abolida desde esta fecha la roja que antiguamente se distinguía." Así, se había creado la escarapela, un importante símbolo patrio.

En noviembre de 1812 volvió a ser nombrado gobernador intendente de Salta, donde trabajó en favor de Manuel Belgrano. Un ejemplo es que luego de enterrar a los héroes del 20 de febrero de 1813 (héroes de la batalla de Salta), el General Manuel Belgrano colocó una humilde cruz de madera en la fosa común de los guerreros. El Gobernador Feliciano Antonio Chiclana la reemplazó, a pedido del mismo Belgrano, por otra cruz pintada de verde, con la leyenda cristiana ``A los Vencedores y Vencidos''. Otro ejemplo es que ante un pedido de Belgrano, informó, en nota del 12 de marzo de 1813, al gobierno central que el General en Jefe del Ejército:

“Pide con suma instancia se trabajen en la fábrica llaves de fusil y tornillos de todas clases, de Tucumán para alistar los muchos tomados al enemigo sin ella.”
Asimismo, transmitía el pedido del Protector (Simón Huidobro), quien solicitaba se lo proveyera de herramientas y útiles. En abril de 1813, se le enviaron de la Fábrica de Armas de Buenos Aires, efectos depositados allí que habían sido traídos por maestros alemanes contratados por el Estado para prestar servicios en la fábrica de Buenos Aires.

Ocupó ese cargo hasta el 26 de octubre de 1813, en que lo sucedió Francisco Fernández de la Cruz.
Entre los años 1814 y 1816 se le encargó el puesto de la provisión de víveres para el ejército de auxiliar del Perú. Tiempo después se opuso a las ordenes del director supremo “Juan Martín de Pueyrredón, esta oposición obligó que el mismo fuera desterrado del país y teniéndose que exiliar en Baltimore, Estados Unidos.
En 1817 se opuso al director supremo Juan Martín de Pueyrredón, lo que motivó que fuera desterrado exiliándose en Baltimore, Estados Unidos.
Pudo regresar a la Argentina en 1818, pero fue desterrado a Mendoza. Sin embargo, debido a que estaba muy enfermo no llegó a dicha provincia. En 1819, repuesto en su cargo de coronel, cumplió la que fue su última misión: negociar la paz con los indios ranqueles con los que firmó un tratado.
En 1822 se retiró del ejército. Murió en Buenos Aires en septiembre de 1826. Sus restos mortales descansan en el Cementerio de la Recoleta de la Ciudad de Buenos Aires.


Fuente: https://hombresdemayo.wikispaces.com/Feliciano+Antonio+Chiclana

martes, 26 de mayo de 2015

CORONEL MANUEL OLAZÁBAL Para San Martín: su hijo. Fue un “Heroico Defensor de la Nación”

CORONEL MANUEL OLAZÁBAL Para San Martín: su hijo. 

Fue un “Heroico Defensor de la Nación”
 



Manuel de Olazábal (Buenos Aires, 1800 - íd., 1872) militar argentino que participó en la guerra de independencia y las guerras civiles de su país, llegando al grado de coronel.

Cuando creó el Cuerpo de Granaderos a Caballo, a mediados de 1812, José de San Martín deseaba que los jóvenes de las familias más importantes de Buenos Aires dieran el ejemplo y se alistaran. Así fue que entonces los primeros en incorporarse fueron sus cuñados Manuel Escalada quien tenía 16 años y Mariano con 17 años. Entre los que siguieron el ejemplo, estaba Olazabal, con carácter de guerrero indomable se enroló como cadete el 7 de enero de 1813, una semana después de haber cumplido los 13 años en el Regimiento de Granaderos a Caballo. No formó parte en el combate de San Lorenzo, aún así poco tiempo después de su incorporación, se destacó por su destreza, sumada a las muestras de coraje, algo que sus superiores podían detectar en las prácticas que llevaban a cabo en el cuartel de Retiro. Ya el 4 de diciembre del mismo año, consiguió su primer ascenso a portaestandarte y participó de la campaña a la Banda Oriental, en el que arribó en Buenos Aires, con dos escuadrones de Granaderos a Caballo, bajo el mando del teniente coronel José Matías Zapiola. Desembarcaron en la Colonia, lugar donde el general Alvear marchaba a enfrentarse con el ejército que sitiaba Montevideo. El joven portaestandarte, nombrado por Alvear jefe de 30 granaderos que formaron la escolta con la que marchó hasta la comandancia enemiga, fue enviado para atacar a una fuerza realista de caballería, que a menudo salía a patrullar, operación que ejecutó aquél bajo el fuego de los cañones provenientes de la fortaleza del Cerro, logrando matar a seis soldados y capturando a tres, dando fin a los españoles el 23 de junio de 1814, donde al día siguiente le honraron a Olazábal con el dictado de “Benemérito en Grado Heroico”, también le fue otorgada una medalla con la inscripción: “La Patria a los Libertadores de Montevideo - Junio 24 de 1814”. Un día después, el joven fue nombrado jefe de la escolta de Alvear, por tener acciones destacas como las que mantuvo en Las Piedras contra el caudillo Fernando Otorgués, logrando la captura de 400 prisioneros.

Un mes después se alistó al ejército que comandaba el coronel Dorrego contra los enemigos orientales, donde en el mes de agosto, en la acción del Valle del Iguá, contra el mismo caudillo Otorgués. También en agosto de 1814 estuvo en la toma de la fortaleza de Santa Teresa y persecución realizada contra las fuerzas de Otorgués, hasta obligarlo a internarse en territorio brasileño. En el mes de septiembre marchó con el ejército hasta el Río Negro, desde donde con la fuerza efectiva de 40 soldados lo asignaron para reunir caballadas, en cierta oportunidad tuvo un encuentro con los enemigos, en el cual Olazábal, de sobresaliente acción capturó armamento y carretas con provisiones.

Además participó en la batalla de Guayabos o también llama “batalla de Arerunguá” la cual fue entre las fuerzas federales del oriental José Artigas y las de las Provincias Unidas del Río de la Plata al mando de Manuel Dorrego, el que fue derrotado por los insurrectos. La cuál sucedió a orillas del arroyo Guayabos, afluente del Arerunguá, en enero de 1815, donde Dorrego contaba con 750 hombres contra los 1400 aproximadamente que tenia a su cargo Artigas, cuyas fuerzas eran diligenciadas por Fructuoso Rivera. Al comienzo los soldados del Regimiento de Granaderos a Caballo con Juan Lavalle al frente, lograron una pequeña ventaja sobre los orientales al atacar por el ala derecha, pero mucho no valió ya que varios de los soldados de Dorrego se pasaron al bando a los federales, con lo que estos lograron resistir el flanqueo. La mayor parte de las unidades de Manuel Dorrego comenzaron a huir, quedando solo su escolta y los granaderos. Al cabo de no mucho tiempo, también los de Entrerrianos fueron acabados, por lo que Alvear ordena la retirada del campo de batalla, en la que sufrieron una tenaz persecución que efectuada por los riveristas, durante tal, el compatriota Zapiola rodó y fue capturado por el enemigo, fue allí que sin dudarlo Olazábal y dos hombres se lanzaron de sus caballos para pelear y rescatar con éxito a su comandante. Las fuerzas de Dorrego se llevaron de Montevideo todo el armamento y dinero que pudiesen, como así también su imprenta, dejando a Otorgués entrar en la ciudad libremente. Asimismo los soldados en huida, entre saqueo y aprovisionamiento, lograron volar el polvorín de la capital oriental, trayendo consigo la muerte de varios civiles. Mas tarde, Alvear ofreció a Artigas la independencia de su provincia, que el jefe federal rechazó indignado. La batalla de Guayabos marcó la liberación de la Banda Oriental de la dominación directorial e inició el período de máximo poder de Artigas. Fue el parásito de la independencia de Uruguay, la que luego se concretaría al fin en el año 1828. Pero, al no haber dado un buen fin a la cuestión federal, fue un factor más en las incansables guerras civiles que dividieron a la región del Río de la Plata. 

En febrero de 1815, terminada la campaña, regresó con su Regimiento a Buenos Aires y en donde el 14 de abril fue ascendido al rango de Teniente. Adentrados en el mes de julio los escuadrones de Granaderos a Caballo marcharon rumbo a Mendoza, donde Olazábal tomó importante papel en virtud a la organización del Ejército de los Andes, además San Martín lo nombró jefe de su escolta con tan solo apenas 15 años, estaba a cargo de 40 Granaderos a Caballo. Siendo abril de 1816, Olazábal inició la marcha con un escuadrón de Granaderos bajo el mando del teniente coronel José Melián, hacia el paso del Portillo, en la Cordillera, donde estuvo por el término de dos meses.

El trato entre el San Martín y el subordinado sobrepasara los límites del campamento de El Plumerillo. El jefe trataba a Olazábal como si fuera su hijo, pero era de carácter fuerte. Fue así que un día el joven teniente se desentendió con el capitán José Melián, ya que el superior era muy arrogante, quien tenía buenos conceptos desde la invasión inglesa de 1806. En cuestión, durante la discusión, el capitán insultó a Olazábal, que sin dudarlo y sin sentirse menos lo retó a duelo. Inmediatamente entre despamplones y alaridos de los soldados, San Martín se enteró de lo que estaba por ocurrir y mandó llamar al joven teniente. Póstumamente en su tienda de campaña lo encaró con suma severidad. Trató de inhibirlo preguntándole si sabía cuál era el castigo que recibirían aquellos que se enfrentaran a duelo con un camarada. Olazábal, fuera de ponerse en actitud defensiva, le respondió: “El teniente Olazábal sabrá cumplir la pena que su general le imponga. Pero nadie ha de faltarle al honor de un soldado del General San Martín". El jefe inmediatamente se coloca de pie y ordenó al teniente que se retire, tratando de evitar mostrar la sonrisa que le había provocado la respuesta. Igualmente, días después se produjo el duelo, en cual Melián atinó un sablazo en la rodilla de Olazábal, por lo que este estuvo unos días en cama. Asimismo, en alguna oportunidad, San Martín llegó cabalgando al campamento y vio a Olazábal caminando con una muleta, se bajó del caballo y le cuestionó qué era lo que había sucedido. El joven respondió que apenas había sido una rodada, San Martín lo observó fijamente y como si fuera el padre le aconsejó: "Tenga usted mucho cuidado con las rodadas".
Esa noche, junto con la comida, el convaleciente recibió una onza de oro, sin remitente. Podía ser anónima, sin embargo, todos sabían que la había enviado su orgulloso jefe

A principios de 1817 se fue a Chile, formando parte del cuerpo de Vanguardia, bajo las órdenes del mayor general Miguel Estanislao de Soler. Galardonada y honrosamente se libraba el combate en Putaendo, a cercanías de la Cordillera de los Andes, producido este el 7 de febrero, osadía en la cual el comandante Mariano Necochea con la escolta de San Martín y 25 granaderos, haciendo un total de 66 hombres, venció al enemigo de una fuerza muy superior, ya que eran 400 infantes y 300 jinetes los que contaban además con dos cañones. El juvenil teniente, durante la trastienda librada logró rescatar al sargento Fuensalida, quien era llevado como prisionero por parte de los realistas, acción de armas con esmero y arrojo por el cual fue recomendado por el general Soler, adquiriendo honor y prestigio a tan temprana edad.

Cinco días más tarde, mas precisamente el 12 de febrero de 1817, Olazábal participó en la batalla de Chacabuco, decisiva contienda de la Independencia de Chile, donde al capturar una batería enemiga recibió dos graves balazos, causando heridas una que le atravesaron el brazo izquierdo y su costado. Esto le valió a que fuera recomendado y días después, el 24 de marzo, fue promovido por San Martín al grado de ayudante mayor y así también le otorgaron una medalla conmemorativa con la inscripción: “Chile restaurado por el valor de Chacabuco. La Patria a los vencedores de los Andes, Febrero 12 de 1817”.

En abril de 1817 expedicionó con el coronel Las Heras hacia el sur de Chile, donde al mes siguiente tomó parte en el Combate en el Cerro del Gavilán. Olazábal participó de la arriesgada tarea en el reconocimiento que efectuó sobre las baterías enemigas, la que produjo un fogueo de cañón al comandante Manuel de Escalada. Las Heras había tomado posiciones en este pequeño cerro y teniendo conocimiento de que el enemigo comandado por Ordóñez había pedido refuerzos para efectuar un ataque, inmediatamente solicitó ayuda a O'Higgins. El General Ordóñez, para contrapartida, intentó de coaccionar para que el brigadier Las Heras no adquiera esos refuerzos, motivo que accionó un ataque suicida asaltando las posiciones patriotas. A fin de cuentas logró el ataque, pero de todas formas el combate resultó en una derrota para Ordóñez, el que no tuvo remedio más que retirarse a Talcahuano.
Posteriores meses, ya situados en diciembre de 1817, Olazábal se encontró en el valeroso asalto a la fortaleza de Concepción, efectuado por las fuerzas independientes a las órdenes del general O`Higgins, en dicha ocasión se realizaron varias comisiones, todas bajo el fuego de la artillería proveniente de la fortaleza. Dada la orden de retirada, Olazábal tenía la misión de volar las fortificaciones y cubrir la retaguardia, órdenes que cumplió admirablemente.

El 12 de marzo de 1818, Olazábal se halló en la acción de Quechereguas, efectuada contra el ejército realista. Siete días después se hallaba en la gran batalla de Cancha Rayada, en la cual fueron derrotadas las fuerzas patriotas. En la tarde de ese día, se sostuvo la caballería patriota bajo el mando del general Antonio González Balcarce, contra el ejército real mandado por el brigadier Osorio, pero ya en horas de la noche, el Ejercito Unido se encontraba en dispersión por los agresivos ataques infligidos por los españoles enviados por el general Ordóñez. Fue entonces, que el mismo Olazábal entre desmanes, desbandadas y corridas, consiguió reunir y ordenar a 200 Granaderos a Caballo guiándolos a salvo hasta el arroyo Lircay, donde se puso a las órdenes del teniente coronel José Melián, que luego se fueron replegando hasta San Fernando, Melián informó los sucedido destacando las acciones de Olazábal.
En el quinto día de abril, aconteció la importante y decisiva batalla de Maipú, en el zona de los Cerrillos del Maipo en Chile, hecho donde Ordóñez se llenó de valor atrincherándose en la Hacienda de Espejo, por tal motivo el coronel Zapiola reaccionó con directivas hacia el ayudante Olazábal, con el objetivo de concretar la rendición a una fuerza compuesta de 400 soldados con 12 oficiales, a los que logró desarmar y luego los presentó ante el general San Martín, quien después organizó a su ejército en una posición elevada esperando el ataque español. Asimismo, Olazábal se encontró en un difícil encuentro que mantuvo el teniente coronel José Melián al pie de 180 Granaderos a Caballo y consiguió eliminar a un capitán enemigo, después en honor a lo sucedido exhibió las charreteras de aquel muerto al general San Martín. Por estos dos actos, a fin de homenaje, el general San Martín promovió a Olazábal premiándolo con el grado de capitán, que le fue reconocido el 13 de mayo de 1818, con retroactivo al 15 de abril, además también recibió los cordones de plata. Acto seguido, así ocurrió que Olazábal fue declarado “Heroico Defensor de la Nación” por el Congreso y, continuamente el alto mando chileno, los que lo condecoraron con una medalla de plata, en ella se podía apreciar esta inscripción: “Chile reconocido al valor y constancia” y en su reverso “DE LOS VENCEDORES DE MAIPU, 5 DE ABRIL DE 1818”.

El 24 de diciembre, Olazábal se halló en la toma de la ciudad de Chillán realizada por las fuerzas mandadas por Zapiola, que desalojaron de aquella plaza a los españoles comandados por el precipitado general Sánchez. Par de días siguientes, el general Zapiola destacó a Olazábal, y ordenó a este que con su compañía practicase un reconocimiento sobre los enemigos, surgiendo de este, la lucha contra 150 lanceros, el resultado fue la eliminación de dieciséis hombres y capturó a otros nueve. Finalizada la contienda, su Regimiento se alistó camino al Parral.

El 13 de enero de 1819, Olazábal se desplazó junto con los Granaderos a Caballo al mando del coronel Manuel de Escalada, rumbo a la tercera campaña a Chile, la que estaba comandada por el general Antonio González Balcarce, quien luchaba contra las fuerzas reales bajo las órdenes del general Sánchez. Luego de tres días, el joven capitán con compañía abatió a 150 hombres del enemigo en la zona llamada Santa Fe. Más tarde se le impartió órdenes por parte de Escalada, las cuales eran el deber de lidiar contra la retaguardia enemiga, cumpliendo la misión al pie de la letra, surgieron una serie de guerrillas, que victoriosas de estas liberó a monjas de la ciudad de Concepción, las que se encontraban en carátula de prisioneras. Luego, el 18 de enero, estuvo en la toma de la ciudad de los Angeles, en que los enemigos fueron perseguidos y vencidos, acción por la cual Olazábal obtuvo honores de recomendación. Día después en la gloriosa acción de Bío-Bío, en la que también participó bajo la tutela del coronel Rudecindo Alvarado, esta batalla recalca otra recomendación para el joven, por destaco, conducta y esfuerzo ya que abatió por completo al ejército enemigo del general Sánchez. El 29 de enero atravesaron el río Bío-Bío (separa Araucanía del resto de Chile), al día siguiente combatieron contra un total de 900 araucanos, los que eran enviados por los jefes realistas, encuentro que significó la derrota de los enemigos siendo Olazábal el principal artífice. A dos días de cruzar el río el ejército patriota con Balcarce a la cabeza, tomó la fortaleza de Nacimiento, en Arauco, donde se vuelven a ver las caras con el general Sánchez. Posteriormente el 6 de febrero de 1819 culminó la campaña del Bío-Bío, por lo que Olazábal con los Granaderos se dirigieron hacia a Curimón.

Entonces fue que Olazábal recibió ordenes de sus superiores de regresar a Mendoza, sin vueltas, el 30 de abril de 1819 junto con su Regimiento de Granaderos a Caballo y otros cuerpos atravesó la Cordillera.

Luego el general José de San Martín solicitó personalmente la mano de la patricia Laureana Ferrari en su nombre y fue su padrino de bodas en 1819, así como del primero de sus hijos. Su mujer fue dama patricia quién junto a Remedios de Escalada de San Martín, entre otras, bordó la Bandera de los Andes. Con nuevas impartidas y en virtud a la expedición al Perú, el 30 de septiembre, partió con su regimiento destino a la provincia de San Luis.

En 1821, en el mes de junio fue designado bajo el mando del coronel Buenaventura Quiroga, quien estaba en San Juan y contaba con fuerzas destinadas a contrarrestar al caudillo chileno de José Miguel Carrera, habían sido victoriosas las operaciones que significaron el avance sobre las provincias de Cuyo. El 6 de agosto del mismo año, Olazábal ya designado como jefe de las líneas de avanzada de las fuerzas mendocinas que eran designadas en misión a terminar con el caudillo chileno. A fin de mes, en Punta del Médano, en Mendoza, las tropas de Carrera se enfrentaron con las de Gutiérrez, acción en la que Olazábal, ya con 20 años, comandó la columna derecha mendocina. Por lo accionado, fue promovido a sargento mayor ya que Carrera fue vencido, tomado como prisionero y luego fuera ejecutado el día 4 de septiembre de 1821. Por parte del Gobierno Nacional, en virtud a su conducta, le otorgó a Olazábal una medalla de oro con la inscripción: “Aniquilé la Anarquía. – Agosto 31 de 1821”, por otro lado, el Supremo Director de chileno lo condecoró con la medalla de la Legión del Mérito, la que lleva las siguientes palabras: “Legión de Mérito de Chile. Honor y Premio al Patriotismo”. Por ultimo, el Cabildo de Mendoza le entregó una medalla de plata enviada por el Protector del Perú, haciendo conmemoración de la toma de Lima, debido a que el capitán trato de todas formas salvaguardar la vida de José Miguel Carrera, pero resulto inútil. En 1823, teniendo en conocimiento que San Martín estaba en Mendoza se dirigió a su encuentro.

Llegado el 5 de julio de 1824 era Comandante General de Armas de la Provincia nombrado por el gobierno de Mendoza y el 22 de julio de fue ascendido a Teniente Coronel de Caballería de Línea. Bajo el mando de Aldao, en septiembre de 1825 asistió al combate de las Leñas contra los indígenas hostiles de San Juan. Luego, siendo el año 1827 se dirigió para incorporarse al Regimiento Nº 1 de Caballería, que se hallaba en campaña en operaciones contra el Brasil, quien después con la fuerza efectiva de 150 hombres recibió la desmesurada misión de pasar por detrás del ejército imperial, con el objetivo principal de sustraer ganado para abastecer a su ejército, tarea que completó exitosamente, alcanzando a tomar mas de 15.000 cabezas, pero no consiguió evitar la contienda contra el bando enemiga, momento lamentable en donde Olazábal tuvo bajas como ser seis soldados y un oficial, acciones proyectadas a proximidades Bagé. Subsistido de aquel acto, aconteció destacadamente, la batalla de Ituzaingo o batalla del Paso de Rosario, que fue un duelo entre las tropas aliadas de los sublevados orientales y el Ejército argentino contra las tropas del Imperio del Brasil. La victoria de la alianza hizo surgir la Convención Preliminar de Paz, que luego se firmaría en 1828, donde reconoce como Estado libre, independiente y soberano al Uruguay.

En febrero de 1828, se encontraba en el combate que la caballería del Ejército Republicano mantuvo en la hacienda del Padre Filiberto, a las disposiciones del general Lavalleja, en querella con las fuerzas del General en Jefe brasileño, el Barón de Lecor. Ocasión tal que el 15 de abril se originó el combate de Las Cañas, donde el general Julián Laguna con la caballería republicana, sostuvo la lucha de una fuerte columna enemiga, que derivó en una huida, mero trabajo el de las fuerzas imperiales comandadas en esta oportunidad por el mayor general Braun. Al intervalo de más de un mes, es decir, a fines de marzo del mismo año alcanzó el nombramiento de teniente coronel del Regimiento 1º de Caballería al que ya pertenecía, encabezando así el 3º Escuadrón del antes mencionado cuerpo.

En el mes de mayo del mismo año, el teniente coronel Olazábal en virtud a las mandatarias marchó en dos ocasiones hacia el Cuartel General de los imperiales como parlamentario ante el Comandante en Jefe.

En junio, fue enviado a Buenos Aires para cometer una encomienda de importancia, en dicha ocasión, Olazábal fue hecho prisionero, pero gracias a la negociación de los Generales Guido y Balcarce logró recuperar su libertad.

En julio de 1828, salió en marcha para nuevamente incorporarse al Ejército Republicano, a qui estuvo hasta que se consiguió firmar la paz las fuerzas imperiales. A continuación, en noviembre de 1828 volvió a Buenos Aires. Expresado así la anunciación del general Lavalle, que lo llevó al comandante Olazábal, el 9 de diciembre, al participar del combate de Navarro, en la que proporcionó participación al Escuadrón Escolta y he aquí otra buena actuación por desempeño.

El coronel Manuel de Olazábal, conjuntamente con el sargento mayor Álvarez de Condarco, fueron los únicos argentinos y antiguos oficiales del Ejército de los Andes, que abordaron el “Condesa de Chichester“, en el cual se encontraba el libertador de Chile y del Perú, cuando este concreto su último viaje al Río de la Plata. De tal manera que fue el 6 de febrero de 1829 cuando tuvo estuvieron a bordo del buque, en el puerto de Buenos Aires. Encuentro del general San Martín con sus dos fieles subordinados. En virtud a este acto de honradez al más magno le los argentinos, bien merecidos tendrían Olazábal y Álvarez de Condarco que se los recordara como eternos patriotas.

Partiendo hacia Chascomús, en febrero de 1829, en la cual trasladaba caudales para el ejército del general Lavalle. Al mes consecutivo, se unió al ejército de Lavalle, para cometer las operaciones contra el gobernador de Santa Fe, el general Estanislao López. Fue mismamente que el 26 de abril, se hallaba en la batalla del Puente de Márquez, donde tristemente fue vencido. Tras el derrumbamiento de Lavalle, Olazábal fue anexado a la Subinspección de Campaña el 1º de diciembre de 1829.

El 24 de junio de 1829, recibió los honores con una nueva promoción al grado de Coronel Graduado. Así fue que por dictamen del Ministro de la Guerra impartió camino rumbo a la República Oriental y se instaló en la villa de Cerro Largo, con el objetivo de brindar ayuda al general Lavalleja, que de todas formas, Olazábal al mando de su división sorteo la derrota en manos del general Rivera, esta primera oleada de ayuda que se hizo en inicios de 1833, en territorio de el Yaguarón, zona de los orientales. En octubre, el coronel Olazábal, con la de edad de 32 años, fue designado por su gobierno, como Comandante en Jefe de todas las fuerzas de caballería que sostuvieron los Poderes Públicos en la lucha contra la insurrección. De esta manera el día 20 de octubre, en la Recoleta, sometió al filo de cuchillos a una división de 600 hombres enviados por el comandante Martín Hidalgo. Semana posterior, en el arroyo Maldonado, derrotó al mismísimo Hidalgo, quien recibió refuerzos de 800 soldados. Por tal labor, Olazábal fue declarado merecedor del bien de la Patria. Consecuentemente el gobierno le concedió una lanza en honradez por su deslumbrante desempeño. Con ello obtuvo licencia y se marchó a la ciudad de Corrientes, pero el gobierno de turno lo citó inmediatamente para formar filas con las tropas, aún así en enero de 1834, fue escogido Presidente de la Academia Militar de Jefes y Oficiales. Sabiendo que siendo ya octubre de 1834 todavía gozaba de licencia la que le fuere prorrogada por el término de 5 meses. Continuamente en noviembre, fue designado Comandante General de Armas de la Capital de Corrientes. Pero con el mandato de Rosas, el 16 de abril de 1835, se decretó la baja de varios jefes y oficiales del Ejercito Nacional, entre ellos la del coronel Olazábal.

De todas formas, en febrero de 1839 lo escogieron como Mayor General del primer Ejército Libertador que constituyó la provincia de Corrientes, comandadas por el general Genaro Berón de Astrada, la que sufrió la sangrienta y desastrosa batalla de Pago Largo, siendo derrotado y íntegramente destruido el ejercito correntino. Dictaminada la derrota, Olazábal se fue camino a San Roque, donde envío comunicado a Juan Felipe Gramajo, dando a conocer la muerte de Berón de Astrada. Más tarde, Olazábal ya en el Estado Oriental fue designado como primer edecán del presidente Rivera. Cuando la República vecina fue invadida, el coronel escoltó a Rivera en toda la operación, presenciando así en diciembre de 1839, la batalla de Cagancha, en la que el gobernador de Entre Ríos fue derrotado, por o que obligadamente tuvo que renunciar al territorio oriental. Año siguiente, en julio de 1840, Olazábal fue escogido Comandante General de la Campaña al Río Negro. En esta desempeñó la comprometida comisión de desplazarse a la retaguardia del enemigo, logrando establecerse en campamento en Cagancha, con la conclusión de componer una división para atacar al contrincante, encargo que había sido cometido completando una fuerza de aproximadamente 400 hombres, con los que, en Tacuarembó, acabó consiguiendo la victoria contra las desventaja de 600 enemigos.

En 1841, lo designan segundo Jefe del Estado Mayor General del Ejército. A principios del año siguiente, enero de 1842, fue comisionado por el gobierno oriental para erigir una División Argentina de Caballería. División con la que luego en la provincia de Entre Ríos, se reunió con el Ejército de Reserva al mando del general José María Paz, Mas tarde Olazábal sería nombrado Jefe del Estado Mayor del Ejército de Reserva.

En marzo de 1844 se indujo a Montevideo, desde donde pasó a Corrientes para ofrecer servicios en el ejército del general Juan Madariaga, donde cumplió el rol de comandante en jefe de la división santafecina, con la que marchó hasta la costa del río Paraná, lugar donde permaneció hasta fin de año.

El 15 de noviembre de 1850, Rosas lo reincorpora al Ejército de la Provincia de Buenos Aires, otorgándole el grado de coronel de caballería.

Dos años después fue Vocal de la Comisión Administrativa del cuerpo de Inválidos. Comenzado junio de 1853. En septiembre de 1853, el gobierno lo nombró comandante en jefe de los batallones de guardias Nacionales. Así también en el mes de octubre, fue designado a cumplimentar como comandante militar de la isla de Martín García y con la guarnición de la misma.

Desde los años 1858, Olazábal comenzó a propagar por escrito sus memorias, las que pueden llegar a analizarse como una auténtica crónica de la independencia, estas mismas fueron publicadas en el diario “La Democracia” residente de la ciudad de Buenos Aires, que a su vez la Editorial Comercio se encargaba de la impresión. Fue esta misma editorial que después editó el libro, con el título de “Episodios de la Guerra de la Independencia” la que cuenta con detalles parte de aquella épica campaña donde se destaca la figura de San Martín, a quien considera su padre.

Siendo el 22 de agosto de 1859, Olazábal fue elegido como Presidente de la República, Contador y además, Tesorero del Ejército Nacional el cual estaba a sus inmediatas disposiciones. El 23 de octubre participó en la batalla de Cepeda, en la que terminaron victoriosos. A continuación en 1860 fue reasignado como primer edecán del Dr. Santiago Derqui, quien fuera entonces segundo Presidente Constitucional de la República. Para septiembre de los años 1861 tuvo nombramiento como Presidente del Consejo de Guerra permanente de Oficiales Generales.

En 1863, Olazábal comenzó a publicar sus memorias tituladas “Episodios de la Guerra de la Independencia”, que es un hermoso legado para la posteridad.

Triste y finalmente, el 6 de septiembre de 1870, fallece su esposa, Acto seguido, un 19 de julio de 1872, fallece el heroico soldado de los Andes en Buenos Aires.
Está enterrado en el Cementerio de la Recoleta.


Material Bibliográfico:

Fragmentos del “El Ostracismo de los Carreras”, por el Coronel Manuel de Olazábal, Gualegaychu, 1858, Imprenta del Comercio.
Manuel De Olazábal, Del Ejercito de los Andes a las Guerras Civiles, Autor: Pereyra de Olazábal Gonzalo, Editorial: DUNKEN.

Paginas Web: http://www.lanacion.com.ar/1607461-olaz ... san-martin
http://www.revisionistas.com.ar/?p=5808
http://jorgepelfort.blogspot.com.ar/200 ... ayabo.html
http://logiapanamerica.com.ar/?p=510
http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-692.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Gavil%C3%A1n
http://www.crucedelosandes.com.ar/el_renunciamiento.asp
http://www.granaderos.com.ar/efemerides ... 3-1818.htm