JOSÉ SEVERO MALABIA
José
Severo Feliciano Malabia (Charcas, 1787 – Buenos
Aires, 1849), abogado y político argentino de
origen boliviano, miembro del Congreso de Tucumán, que declaró la
Independencia argentina.
Se
doctoró en jurisprudencia en la Universidad de Chuquisaca y ejerció
como abogado en esa ciudad.
Apoyó
la revolución del 25 de mayo de 1809 en su ciudad natal,
por lo que tuvo que huir al ser ésta derrotada.
Ocupó
cargos administrativos en la ciudad de Tupiza, en el extremo sur de la actual Bolivia.
Regresó a su ciudad natal con el Ejército del Norte después de
la batalla de Suipacha y fue asesor del cabildo. Permaneció en esa
ciudad bajo las sucesivas administraciones independentistas y realistas.
En 1815,
poco antes del desastre de Sipe Sipe, fue electo diputado al Congreso
de Tucumán, que se reunió en esa provincia a comienzos del año siguiente,
después de la derrota independentista en el Alto Perú. Huyó hacia Tucumán
y se incorporó a la misma.
Una
de sus primeras actuaciones fue contra el diputado por Salta,
coronel José Moldes, a quien acusó falsamente de cometer varios delitos,
para impedir su incorporación al Congreso (Moldes podía ser una competidor
importante contra el grupo porteño, e incluso era el candidato provinciano al
cargo de Director Supremo).
Juró
y firmó el acta de la Independencia el día 9 de julio de 1816.
Era de tendencia monárquica, y defendió su ideología con tenacidad, hasta casi
lograr que se coronara un rey en la actual Argentina.
Se
trasladó con el congreso a Buenos Aires, y firmó la constitución
unitaria de 1819.
Después
de la disolución del Congreso, en 1820, se unió al grupo unitario
de Bernardino Rivadavia, y fue diputado provincial de la provincia de
Buenos Aires.
En 1826,
fue enviado por Rivadavia como secretario del embajador ante el gobierno de
Bolivia, general Juan Gregorio de Las Heras. Su misión era ayudar al
general para que, a cambio del reconocimiento de la independencia de ese país,
la Argentina recuperara la provincia de Tarija. Boicoteó la misión, ayudando
a que esa provincia siguiera perteneciendo a Bolivia.
Se
radicó por un tiempo en Charcas, donde ocupó varios cargos oficiales. Más tarde
regresó a Buenos Aires como embajador de Bolivia, pasando después a actuar en
la política local. Por su oposición al gobernador Juan Manuel de
Rosas se vio obligado a exiliarse un tiempo en Montevideo.
Pasó
a Lima, donde fue embajador boliviano ante el gobierno del Perú, y
luego fue ministro de la Suprema Corte de Justicia boliviana.
Huyó
de regreso a Buenos Aires en tiempos del dictador Andrés de Santa
Cruz y se radicó en esa ciudad (con permiso de Rosas) hasta su muerte.
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