LORENZO BARCALA
Lorenzo
Barcala (n. Mendoza, Argentina, 23 de diciembre
de 1793 - † Mendoza, 1 de agosto de 1835), militar argentino,
que participó en las guerras civiles argentinas del lado
del partido unitario, y uno de los pocos
militares afrodescendientes en alcanzar el grado de coronel en ese
país.
Hijo
de esclavos, fue también esclavo en su niñez. Fue liberado por orden del
gobernador de Cuyo, general José de San Martín, pero por causas
desconocidas no se incorporó al Ejército de los Andes. Inició su carrera
militar en 1818 como soldado del Regimiento de Pardos.
En 1820 participó
en los desórdenes de la llamada Anarquía del Año XX, que tuvo uno de sus
epicentros en Cuyo. Formó parte del ejército del general Bruno Morón, que
combatió contra el general chileno José Miguel Carrera, y tras la
muerte de Morón, luchó en la batalla de Punta del Médano a órdenes
de José Albino Gutiérrez.
En 1822 era
ya sargento mayor. En 1824 participó en una revolución contra el
gobernador Gutiérrez; tras fracasar en el intento, huyó a San Juan. De
regreso a Mendoza, secundó al coronel Juan Lavalle en la segunda
revolución contra Gutiérrez, cuya victoria lo identificó definitivamente como
personaje central del partido unitario local. Poco después participó,
a órdenes de José Félix Aldao, en la represión de la revolución
"eclesiástica" sanjuanina y la reposición en el gobierno deSalvador
María del Carril.
En 1826 se
unió al ejército que luchó en la Guerra del Brasil, a órdenes del
coronel Ramón Bernabé Estomba. Participó en el fracasado ataque
a Punta del Este y fue tomado prisionero. Estuvo varios meses en una
cárcel en Río de Janeiro con la permanente amenaza de ser vendido
como esclavo, hasta que recuperó la libertad en un cambio de prisioneros.
Se
unió a la campaña del general José María Paz contra
los federales del interior en 1829, y a sus órdenes peleó en
la batalla de San Roque. El vencedor le encargó organizar un batallón de
infantes negros, libertos: una libertad muy cara, que se pagaba con muchos años
de servicio en el ejército. Fue muy querido por los negros, especialmente
porque los defendía de las desprecios y atropellos de los blancos. Al frente de
ese batallón peleó en las batallas de La Tablada, tras la cual fue ascendido
al grado de teniente coronel, y Oncativo.
Después
de esta última victoria fue ascendido a coronel, y enviado como segundo jefe
del ejército de ocupación de Mendoza, que iba al mando de José Videla
Castillo. Éste fue nombrado gobernador, y Barcala fue nombrado jefe de
vanguardia y organizó un cuerpo de infantería, los Cazadores del Pilar.
Participó en labatalla de Rodeo de Chacón como jefe de un ala de
caballería contra las fuerzas de Facundo Quiroga, que los venció con
relativa fácilidad.
Protegió
a su jefe Videla Castillo en su retirada hacia el norte, donde se unieron a las
fuerzas del general Lamadrid, nuevo jefe del ejército de la Liga
Unitaria. A órdenes de éste combatió en la definitiva derrota que fue
la batalla de La Ciudadela, donde fue hecho prisionero. Después de la
batalla, Facundo Quiroga fusiló algunos oficiales. Al recibir a Barcala le
preguntó "¿Que hubiera usted hecho, coronel, si me hubiera tomado
preso?", a lo que Barcala respondió sin dudar "Lo hubiera fusilado,
general". Quiroga admiraba el coraje y tras indultarlo lo nombró su jefe
de estado mayor.
Cuando
Quiroga se retiró de las actividades militares, instalándose en San Juan,
Barcala se radicó allí. No quiso volver a Mendoza, ya que Aldao había jurado
matarlo; incluso intentó convencer a Quiroga de que lo hiciera fusilar.
Participó
de la campaña al desierto de 1833 bajo el mando del general José
Ruiz Huidobro, y combatió contra
los ranqueles de Yanquetruz en el combate de Las
Acollaradas.
Muerto
Quiroga en 1835, sus lugartenientes comenzaron a disputarse su herencia y
se produjo una serie de conflictos entre Aldao, de Mendoza, Martín Yanzón,
gobernador de San Juan, y Tomás Brizuela, de La Rioja. Más
independiente y poderoso que éstos, el tucumano Alejandro Heredia pronto
dominó todo el noroeste. El intrigante ministro de Yanzón, Domingo de
Oro intentó librarse de Aldao por medio de una conspiración que dirigió
Barcala desde San Juan. La conjura fue descubierta y sus jefes mendocinos
arrestados y ejecutados, entre ellos el coronel José Ignacio Correa de
Saá.
Pasado
el peligro, Aldao —que no era el gobernador sino el jefe del ejército— exigió
la extradición de Barcala; el ministro Oro —que estaba comprometido en el
asunto— decidió salvar su vida entregando a Barcala. Tras un juicio que duró un
mes, Barcala fue condenado a muerte y fusilado en Mendoza el 1 de agosto de
1835.
Su
hijo Celestino Barcala peleó contra los federales en la década
de 1860 y fue fusilado por Felipe Varela poco antes de su
derrota en la batalla de Pozo de Vargas.
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FUENTE:
WIKIPEDIA
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