General Félix de Olazábal (1797-1841)
Nació en
Buenos Aires el 20 de noviembre de 1797, siendo sus padres Benito de Olazábal,
natural de Irún, en la provincia de Vizcaya y Matilde de San Pedro Llorente,
porteña. Desde muy joven
sus padres, que poseían una sólida fortuna, quisieron destinarlo al comercio,
pero sus sentimientos patrióticos le impulsaron a seguir la carrera de las
armas, incorporándose el 12
de febrero de 1813 como cadete de artillería de Buenos Aires. Posteriormente solicitó y obtuvo el
pase a la Compañía de Cazadores del Batallón Nº 7 de Infantería, cuerpo que se
acababa de crear y que estaba destinado a incorporarse al Ejército Auxiliar del
Alto Perú. El 26 de julio
del mismo año es promovido a teniente 1º.
Unas
graves dolencias lo obligaron a separarse del ejército y apenas restablecido se
incorporó a las fuerzas que operaban en Santa Fe hasta junio de 1816,
integrándose después al Ejército de los Andes, que San Martín alistaba en
Mendoza. Olazábal cooperó
eficazmente en la organización y disciplina del ejército. Pocos días después de acometerse la
magnífica empresa transcordillerana, el 27 de diciembre de 1816, fue promovido
a capitán del batallón Nº 8, en la 1ª compañía.
Se batió
en la Batalla de Chacabuco, que es la primera acción de guerra importante que
libró el Ejército de los Andes. Allí
el capitán Olazábal tuvo su consagración histórica: al mando de la compañía del
Batallón Nº 8 se lanzó al asalto sobre los veteranos españoles en Talavera de
la Reina. En esa cruenta
lucha fue herido gravemente de bala en el brazo derecho, causa por la cual no
pudo intervenir en la campaña del S. de Chile. Por su actuación en la Batalla de
Chacabuco recibió una medalla de plata otorgada por el gobierno de las
Provincias Unidas.
Restablecido
de su herida participó de la acción de Cancha Rayada, el 19 de marzo de 1818 y
posteriormente en Maipú. Por su comportamiento honroso mereció las
condecoraciones otorgadas por los gobiernos de Chile y de las Provincias Unidas
a los vencedores de aquella jornada sangrienta y decisiva.
El 10 de
junio de 1820 era graduado sargento mayor, en circunstancias en que se alistaba
con las legiones que iban a intervenir en la expedición libertadora al Perú,
con la cual se embarcó en el puerto de Valparaíso. Desembarcadas las tropas
expedicionarias en la bahía de Paracas, el general San Martín, rindiendo
homenaje a la acrisolada honradez y a la inteligencia de este ilustre soldado,
lo destinó con una compañía de granaderos a la ciudad de Trujillo, para
proteger la independencia de aquel Departamento, que aún lo ocupaban los
españoles. En Trujillo
formó el batallón Nº 2 del Perú, cuya jefatura retuvo más adelante, cuando fue
ascendido a sargento mayor efectivo con el grado de teniente coronel, el 6 de
julio de 1821.
Por
motivos de salud el Marqués de Torre Tagle relevó a Olazábal. Posteriormente con la tropa Nº 2 del
Perú participó con valor en la campaña de Quito, especialmente en la célebre
Batalla de Pichincha, el 24 de mayo de 1822. El 23 de junio de ese mismo año
recibió la condecoración con el lema: “Libertador de Quito – Año 1822”,
recibiendo además otra de oro de parte del gobierno de Colombia y el título de
“Benemérito de la Patria en grado heroico”. San Martín le otorgó la condecoración
del “Sol del Perú”. El 25
de setiembre de 1823 fue nombrado Gobernador Intendente de la provincia de Ica
y en diciembre Comandante General de la Costa Sud, ya con el grado de coronel.
Al
producirse la sublevación del Callao, el 5 de febrero de 1824 el general
Bolívar lo elige para parlamentar con los sublevados de aquella
fortaleza. Estos, violando
las leyes de la guerra lo tomaron prisionero, siendo libertado gracias al
teniente coronel Niceto Vega, ligado a Olazábal por una fuerte amistad, quien
se ofreció para ocupar su lugar. Su
proposición no fue aceptada, pero al siguiente día Olazábal recobró su
libertad.
Olazábal
se trasladó a Trujillo con su familia y luego fue comisionado por el general
Cirilo Correa para conducir a Buenos Aires todos los oficiales que existían del
antiguo Ejército de los Andes. Se
presentó al Gobierno de Buenos Aires el 2 de julio de 1825.
El 22 de
abril de 1826 se incorporó al Ejército de Observación, que bajo el mando del
general Martín Rodríguez, acababa de vadear el río Uruguay, listo para comenzar
las operaciones contra el Imperio del Brasil. Allí organizó el Batallón 1º de Línea,
que tomó después la denominación de 5º de Cazadores. En la Batalla de Ituzaingó el coronel
Olazábal acreditó una vez más sus excepcionales calidades de hombre de guerra:
destacado por el general Alvear para ocupar muy temprano una colina que éste
consideraba, era la llave de la posición, lo hizo acompañado por la batería
mandada por Martiniano Chilavert y el 1er Cuerpo mandado por el general
Lavalleja. Durante las
primeras fases de la batalla sostuvo con decisión el fuego de su batallón,
disputando el terreno que ocupaba a los enemigos, hasta que la llegada de los
restantes cuerpos del Ejército Republicano alivió la ruda tarea del 5º de
Cazadores. Por su
comportamiento el coronel Olazábal recibió el escudo y el cordón de honor
acordado a los vencedores de aquella gloriosa jornada.
En 1827
se incorporó a las fuerzas sitiadoras de Montevideo. A su regreso a Buenos Aires, el
gobernador Dorrego lo nombró subdelegado de Marina del Salado y comandante
militar de la Costa Sud. En
dos ocasiones rechazó ataques brasileños al puerto del Salado.
El
coronel Olazábal acompañó al general Lavalle en el movimiento del 1º de
diciembre, y juntamente con otros jefes firmó un Manifiesto explicando su
pronunciamiento en aquella grave emergencia. Pero la actitud de Olazábal estuvo de
inmediato en desacuerdo con el general Lavalle, pues hizo esfuerzos para evitar
el fusilamiento de Dorrego, y este hecho aumentó su disidencia con los hombres
que dominaban la situación. Sus
ideales se inclinaron a favor del sistema federal de gobierno, al igual que
Dorrego.
En 1831
marchó a Córdoba contra el general Paz. A
fines de ese mismo año fue propuesto por Juan Manuel de Rosas a la H. Sala de
Representantes para la jerarquía de coronel mayor, ascenso que le fue
acordado. En 1833 fue
elegido diputado a la Legislatura y nombrado Jefe de Policía.
En
octubre de 1833, con motivo de la Revolución de los Restauradores, mandaba una parte de las fuerzas del
gobernador Balcarce. La caída
de este impuso a Olazábal la emigración al puerto de Las Vacas (hoy Carmelo,
Uruguay). Luego se radicó
en Montevideo, donde permaneció en compañía de su esposa. Manuela Cagigas y
Martínez, y sus ocho
hijos. Allí falleció el 18 de octubre de 1841.
Fuente
Efemérides
– Patricios de Vuelta de Obligado.
Portal
www.revisionistas.com.ar
Yaben,
Jacinto R. – Biografías Argentinas y Sudamericanas - Buenos Aires (1939.
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