domingo, 5 de julio de 2015

TORIBIO DE LUZURIAGA

TORIBIO DE LUZURIAGA




Nació en Huaraz (Perú), el 15 de Abril de 1782. Era hijo de Don Manuel de Luzuriaga y de doña María Josefa Mexía de Estrada.

A los 15 años era secretario particular del gobernador de El Callao.

En 1799, acompañó en su viaje a nuestro país al Virrey don Gabriel de Avilés y Fierro.

Ingreso en 1801, como cadete en el Regimiento de Voluntarios de Caballería de Buenos Aires.

En 1806, siendo edecán del brigadier Jose Ignacio de la Quintana,  jefe de las fuerzas en ausencia del virrey, cayó prisionero de los británicos, intervino asimismo en defensa de la capital en julio de 1807.

La revolución de mayo lo encontró con el grado de teniente coronel del Regimiento de Dragones de  Buenos Aires, y en agosto de 1810, se alistó entre los más decididos para acudir como capitán del Regimiento de Artillería Volante a la frontera del norte contra la temida invasión realista. 

Se distinguió en la batalla de  Yuraicoragua, a las órdenes de  Viamonte y Díaz Vélez, asi como en Oruro y  en Chuquisaca. Pueyrredón lo nombró director de la academia general de oficiales,  recién creada con asiento en Jujuy.

San Martín organizó una logia secreta que tenía por finalidad trabajar por la independencia. Don Toribio de Luzuriaga y su hermano Manuel se unieron a la logia. 

En agosto de1812 el triunvirato lo designó gobernador de Corrientes, desgarrada por las facciones  y  víctima de sus desmanes, a los pocos meses, restablecida la concordia,  el gobierno lo llamó para encomendarle la jefatura del Estado Mayor del Ejército, el 31 de diciembre de 1812 puesto que desempeñó hasta junio de 1813. En este último año, fue designado jefe del batallón nº 7 de infantería, con el que marchó a las órdenes del General San Martín, a la campaña del Alto Perú, pasando luego a desempeñar las funciones de comandante general de frontera de Salta, al frente de una división del cuerpo de su mando.

En 1815 fue nombrado Ministro de Guerra y Marina por el Director Supremo, General Alvear. al entonces ya General Luzuriaga, al Ministerio le ocasionaron trastornos al ser derrocado Alvear por el Coronel Ignacio Alvarez Thomas. 

En 1816, pasó al Ejército de Los Andes, en cuya organización fue inteligente e infatigable colaborador de  San Martín. Desempeñó las funciones de gobernador Intendente y Comandante General de la Provincia de Cuyo, cargo que se le encomendó en propiedad al año siguiente y en el que permaneció hasta1820. Su acción fue moralizadora tanto en la administración del tesoro público como en materia de enseñanza  popular.

Creó el primer colegio de estudios superiores de la Santísima Trinidad, pronunciando en su inauguración un importante discurso. Así mismo introdujo reformas edilicias, mejoró la higiene, sistema de postas, fomentó  la industria y el comercio. Su actuación se cita como modelo en el manejo político de una región empobrecida por la guerra, y sin embargo, ejemplo de orden y de fecundo bienestar.

Desde Mendoza, contribuyó con  municiones y caballos a la Campaña Libertadora. Sin embargo, la conspiración de los hermanos Carrera, la revolución de Mendizábal y los fermentos de disolución provocados por el motín del batallón nº 1 de Cazadores lo impulsaron la presentar su renuncia ante el Cabildo de Mendoza, y a incorporarse al Ejército de Los Andes, determinación que respetó la institución capitular, diciéndole que “salía de la provincia por la puerta de la inmortalidad”. San Martín complacido aceptó su ofrecimiento.

Se embarcó en el puerto de Valparaíso en agosto de 1829 como Comandante del Estado Mayor del Ejército Unido Libertador. Estableció un cuartel general en Pisco,  y organizó las fuerzas de desembarco. Recibió órdenes del Comandante en Jefe de pasar a Guayaquil, donde se había proclamado la independencia, y reclamaban un jefe de graduación para comandar sus fuerzas.

En la comisión con Tomas Guido, llevaban las instrucciones de conseguir anexar Guayaquil al  Perú. Después lo destinó el Libertador como Presidente del departamento de Huaylas, en febrero de 1821.

San Martín lo comisionó al Congreso Nacional que se suponía próximo a reunirse en Buenos Aires, si bien las circunstancias en que encontró la capital a su llegada en mayo de 1822, malograron su misión.

El ulterior renunciamiento de San Martín influyó perjudicialmente sobre Luzuriaga, que menospreciado por los gobernantes se retiró a la vida privada.

Fundó un establecimiento de campo en Pergamino, donde escribió sus memorias en 1835, con la aprobación en Francia del propio General San Martín. Esos apuntes llevaron por título; Documentos sobre su dimisión  del mando de las Provincias de Cuyo e incidencias con una memoria para su familia. Exposición documentada de su campaña en Guayaquil acompañada de varias notas, y la hoja de sus servicios.

En Pergamino, en el norte de la Provincia de Buenos Aires, vivió apremiado por las deudas (llegó a vender hasta sus condecoraciones), la mala fortuna personal (padeció sequías) y sufrió la ingratitud de muchos de los políticos de turno.

Con su salud quebrantada, sin recursos para subsistir y padeciendo la más humillante miseria, el 1 de mayo de 1842 se vistió con su uniforme de Gran Mariscal del Perú y se suicidó con un tiro de pistola.

Bibliografía: “Vivencias Sanmartinianas en las calles de la ciudad”
Cecilia Marigliano – Leonor Moral de Meli.
Talleres gráficos de la Facultad de Filosofía y letras de la U.N.C. Mendoza. Año 2002. Pág. 141 – 142.

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