ENRIQUE MOSCONI
Enrique
Carlos Alberto Mosconi, nació en Buenos Aires el 21 de febrero de 1877.
Es el primer vástago varón de un hogar donde ya hay dos niñas. Su padre
era un milanés, de profesión ingeniero, que viene a la Argentina contratado
para construir ferrocarriles. Aquí contrae enlace con Juana María
Canavery (antigua familia porteña) cuyos dos hermanos, uno sacerdote –Tomás
Onésimo- recibe en los Campos de Curupaytí las charreteras de teniente coronel,
y el otro –Angel- acompaña a Roca en la Campaña al Desierto, retirándose con
idéntico grado.
Antes
de cumplir los dos años, su padre se traslada a Italia con toda la
familia. Allá inicia sus estudios, pero como consecuencia del
fallecimiento de su madre, un amigo del padre lo trae a Buenos Aires, donde
prosigue sus estudios en el Colegio San José. Luego de dos años de
bachillerato ingresa al Colegio Militar de la Nación (26 de mayo de 1891), de
donde egresa –a los diecisiete años- con el grado de subteniente, como número
uno del arma de infantería y con diploma de honor.
Con
el grado de teniente primero es destinado al Estado Mayor del Ejército,
desempeñando comisiones topográficas en la zona cordillerana de Mendoza y de
estudio y proyecto de líneas férreas de Neuquén a Pino Hachado y de Perico a
Orán, entre otras.
Inicia
cursos en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la
Universidad de Buenos Aires, obteniendo en 1903 el título de ingeniero civil,
siendo reconocido como ingeniero militar en el año 1907, cuando alcanza el
grado de mayor.
Se
lo destina para viajar a Europa y allí se incorpora por dos años al Batallón de
“Pioneros de Westphalia”, participando en las famosas maniobras imperiales.
Realiza
varias comisiones en Europa y obtiene el título de ingeniero militar en la
Academia Técnica de Prusia. Como integrante de la Comisión de Compra de
Armamentos en Europa, tuvo una actuación tan destacada que fue felicitado por
su brillante desempeño y por las economías realizadas en beneficio de la
Nación.
De
regreso al país, en 1911 es designado segundo jefe del Batallón de Ingenieros
1, en Campo de Mayo.
Mosconi
fue también precursor de la aeronáutica militar. En 1912 –ascendido a
teniente coronel- ocupó la dirección técnica de la Escuela de Aviación Militar,
obteniendo durante su desempeño el brevet Nº 1 de aviador militar.
Viaja
nuevamente a Europa para la adquisición de material y en 1913 participa de los
Grandes Ejercicios Tácticos en la región del Elba.
A
su regreso es nombrado Subdirector General de Arsenales de Guerra y hacia 1916,
Director del Arsenal Esteban de Luca, donde ascendió a coronel el 31 de
diciembre de 1917.
Desde
1920 y hasta octubre de 1922 se desempeñó como Director del Servicio
Aeronáutico del Ejército, en la Escuela de Aviación Militar, con asiento en
Palomar.
Mosconi
y el petróleo
La
obra desarrollada por el general Enrique Mosconi en sus 63 años de vida fue tan
amplia y diversa que resulta difícil exponerla en pocas palabras. De
todas ellas hay una que sobresale con nitidez, por lo que significó para el
futuro del país: la exploración, explotación, industrialización y
nacionalización de nuestro petróleo. Los aspectos más significativos de
esta gigantesca obra se inician a partir de su designación como Director
General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales en 1922, cuando impulsó la
exploración de las áreas potencialmente ricas, su extracción,
industrialización, almacenamiento y distribución del usuario. De recibir
una empresa incipiente, en 8 años la transformó en la más importante de
Latinoamérica.
Durante
ese lapso rompió con la dependencia que imponían los “trust” internacionales,
tales como la Standard Oil y la West Indian Oil Co., filial de la primera
nombrada. A esta actividad, Mosconi la denominó “independencia integral”
y lo impulsó a expresar: “Los grandes trust son organizaciones insaciables,
difíciles de dominar una vez que han tomado de las tierras y se les ha acordado
facultades y derechos”.
Afirmó
también el general Mosconi: “dos organizaciones, la fiscal y la privada, no
pueden coexistir, pues representan intereses antagónicos, destinados a vivir en
una lucha de la cual sólo por excepción saldrá triunfante la organización
estatista. Para asegurar para nuestro país la riqueza petrolera debe
encararse a fondo la cuestión, siendo ello imposible de lograr mientras el Estado
no monopolice íntegramente la explotación de sus yacimientos”.
De
una empresa deficitaria en 1922 pasó a dar dividendos positivos para el país a
partir de 1923. A tal punto que de una producción anual de 350.000 metros
cúbicos logró un rendimiento de un millón.
En
diciembre de1925 inaugura la destilería de La Plata, la más importante de
Sudamérica, que inmediatamente entró a producir nafta, kerosene, fuel-oil y, a
menos de cinco meses de su habilitación, comenzó la elaboración de nafta de
aviación. En 1929 rebaja el precio de la nafta y en 1930, antes de su
renuncia, unifica el precio de dicho combustible en todo el país.
Como
práctica empresaria y comercial definió que la explotación petrolera del país
abarcara desde el estudio geológico previo a la explotación, la extracción, la
refinación del producto en distintos derivados y su almacenamiento hasta la
entrega al público consumidor.
Consecuente
con su obra petrolera, creó polos de desarrollo en diferentes zonas del país,
particularmente en nuestra Patagonia y en el noroeste argentino. Así fue
como nacieron localidades que llevan su nombre a las cuales el propio Mosconi
se encargó de darle el mayor bienestar posible, tales como escuelas (primarias
y de artes y oficios), hospitales, cooperativas de vivienda, clubes deportivos,
centros productores de alimentos de primera necesidad (panaderías, etc.),
farmacias, servicios médicos y odontológicos, comedores; baños públicos,
etc. En síntesis, una concepción y una obra destinada al bienestar del personal
afectado a la explotación petrolera.
Lamentablemente
la obra realizada por Mosconi, de norte a sur y de este a oeste del país, en la
actualidad ha quedado desnaturalizada. Pueblos enteros fueron
desapareciendo por la migración de sus habitantes y el avance de la selva los
fue devorando.
Otras
obras
Participó,
en el marco de una comisión de estudio, en el trazado del Ferrocarril Central
Norte, entre Ledesma y Orán y en el tendido de líneas de Perico a Ledesma.
Diseñó
los cuarteles del actual Regimiento de Infantería Mecanizado 24 “Gral. Jerónimo
Costa” (Río Gallegos) y otras instalaciones, como las que ocupa actualmente el
Regimiento de Granaderos a Caballo.
Después
de haber realizado estudios en Europa (Italia, Bélgica y Alemania) a partir del
proyecto y adquisición posterior de una usina alimentada con “gas pobre”, se
logró su instalación en Campo de Mayo, que funcionó hasta 1960.
En
1931 el presidente Agustín P. Justo lo designa Director de Esgrima y Tiro del
Ejército, que no era otra cosa que un demérito encubierto, mediante el cual
quedaba relegado a un papel meramente protocolar.
En
1933 sufre un ataque de hemiplejía que soportó a lo largo de siete años.
El 31 de diciembre de ese mismo año fue retirado del servicio activo del
Ejército con el grado de general de división. Ya retirado de su vida
profesional y pública y mientras libraba una dura batalla por su vida,
testimonió su obra al servicio del país en su libro “El Petróleo Argentino –
1922-1930”.
Condenado
al ostracismo político, pobre e inválido Enrique Mosconi fallece el 4 de junio
de 1940.
En
su cuenta personal del banco de la Provincia de Buenos Aires, tenía un saldo de
$ 9,90 y la casa, que compartía con sus dos hermanas en la calle Aráoz 2592,
adquirida con un préstamo del Banco Hipotecario Nacional, se encontraba
hipotecada por falta de pago de cuotas.
De
todas las virtudes que adornaron la personalidad del general Mosconi hay una
que no se puede dejar de ponderar, aún a costa de ser reiterativos: su gran
honestidad, a punto tal de negarse a cobrar el sueldo que le correspondía por
su gestión como Presidente de YPF. Su salario como militar lo consideraba
suficiente.
Cuando
dejó su cargo, al despedirse expresó: “Me hago un deber expresar en esta
oportunidad que esta casa ha sido de cristal y que ellos (sus cristales) jamás
han sido empañados durante mi presidencia”. También agregó: “Es bueno
vitorear a la patria pero mejor es ayudarla a vivir, contribuyendo a su
engrandecimiento, progreso y bienestar”.
Fue
un varón ilustre, su vida rompe los moldes comunes para transformarse en un
ejemplo. No admite fáciles elogios sino que exige penetrar en los rasgos
que hicieron de él un destacado militar, un creador vigoroso y un acendrado
patriota.
Fuente
Corbière,
Emilio J. – Enrique Mosconi y la defensa de YPF, (2008).
Efemérides
– Patricios de Vuelta de Obligado
Gassino,
Tte. Grl. Francisco E. – General de División Enrique C. A. Mosconi – Revista
Militar, Buenos Aires (2001).
Portal
www.revisionistas.com.ar
Senen
González, Santiago y Bosoer, Fabián – El desarrollo de la industria
petroquímica.
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